CARMELO ENCINAS. PERIODISTA
OPINIÓN

Parados a los 50 bajo un cartón

Carmelo Encinas, colaborador de 20minutos.
Carmelo Encinas, colaborador de 20minutos.
JORGE PARÍS
Carmelo Encinas, colaborador de 20minutos.

Los datos del paro son incontestables. La economía española está en marcha y las cifras de crecimiento así  lo corroboran. España crece y lo hace por encima de lo previsto lo que, en primera instancia, no puede producirnos otro sentimiento que el de satisfacción. Sería torpe e injusto, sin embargo, el no descender al detalle y observar con la mayor atención la forma en que se reparte ese crecimiento y que dista mucho de ser igualitaria. Los informes que maneja el Ministerio de Economía constatan que la riqueza del conjunto del país ha recuperado ya los niveles que alcanzó en el segundo semestre de 2008 cuando se desató la crisis de Lehman Brothers. Los mismos recursos que entonces pero con la friolera de casi dos millones de empleos menos. O lo que es lo mismo, aquello que producían esos dos millones de parados lo han suplido con su esfuerzo y una devaluación salarial de caballo el resto de la masa laboral, que además se ha volcado en sectores más eficientes como el turismo y sobre todo la exportación.

Sin entrar en obviedades tales como la estacionalidad de la hostelería y su dependencia del marco exterior, la precariedad imperante o el excesivo protagonismo de los salarios de subsistencia, la crisis dejó además damnificados que no parecen tener esperanza alguna de recuperación. Es el caso de quienes rondando la cincuentena quedaron apartados del mercado laboral. Trabajadores cuyas empresas echaron el cierre y cuya actividad profesional quedo devastada e incluso fuera de uso.

Hay datos que corroboran su desoladora perspectiva habida cuenta de lo que les queda para optar a la jubilación. Según los últimos estudios realizados en torno a ello, el 70% de los desempleados que superan los 50 años llevan al menos un año buscando trabajo sin encontrarlo y, lo que es aún más lacerante, casi el 40% padece esa situación desde hace más de cuatro años.

Es un hecho constatado que cuanto más tiempo se pasa en el paro más difícil resulta encontrar trabajo, y a diferencia de los jóvenes, el otro segmento muy castigado por el desempleo, el de quienes están en torno a los cincuenta suelen tener cargas familiares. Además, a la gente joven le resulta fácil formarse en base a las demandas del mercado laboral mientras que con los mayores la dificultad es mucho mayor. La falta de formación es precisamente el mayor de los problemas que tienen para su reinserción. En un altísimo porcentaje son desempleados con bajo nivel de preparación provenientes sobre todo del disminuido sector de la construcción.

Estamos pues ante un segmento del desempleo enormemente vulnerable con un riesgo altísimo de caer en la pobreza e incluso en la marginación. Sacarles del agujero ha de ser, en consecuencia, la máxima prioridad interviniendo con medidas específicas que promuevan su reinserción de manera eficaz. De lo contrario habrá que subvencionarles de por vida para no verles durmiendo en la calle bajo un cartón.

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