En estos tiempos de choque de banderas, en los que 'el orgullo de país' parece de pronto reducirse a telas y colores, la lectura de Ulises –el estudio de MyWord para 20minutos– nos invita a tomarnos un respiro y a desviar la atención de los símbolos para centrarla en los logros, que no son pocos.

Es bien sabido que España recaba, desde hace tiempo, innumerables éxitos en el deporte, del que también están siendo protagonistas las mujeres, que, pese a estar menos federadas, obtuvieron más medallas en los Juegos de Londres o Río. Es precisamente de los éxitos deportivos de lo que los ciudadanos están más satisfechos.

También a la cabeza del Índice de Satisfacción con el País se encuentra el sistema sanitario, en el top ten mundial según un informe publicado hace unos meses en la prestigiosa revista The Lancet.

Los sectores en los que la creatividad se hace necesaria, como la alta cocina o la moda, también despuntan en las valoraciones ciudadanas, y con razón: recordemos la presencia de dos restaurantes españoles entre los mejores del mundo.

Construir orgullo –creo yo– es confiar en nuestras capacidades, celebrar lo que hacemos bien, sin ponernos límites en lo que, como país, podemos alcanzar.