BEGOÑA VILLACÍS. PORTAVOZ CS AYUNTAMIENTO MADRID
OPINIÓN

El alcorque, la farola, el socavón y otras cosas del montón

Begoña Villacís en rueda de prensa
Begoña Villacís en rueda de prensa
CIUDADANOS
Begoña Villacís en rueda de prensa

No hay semana que no me encuentre con una vecina de la calle Segovia. No hay semana que no me exprese de manera muy elocuente lo que espera que el Ayuntamiento haga por ella; "que me arreglen la calle", insiste.

Si tuviese que resumir el balance de estos tres años de gobierno de Podemos en Madrid, Barcelona, Zaragoza o Valencia, creo que lo más justo que se podría decir es que simplemente se han olvidado de esas señoras que lo único que quieren es que les arreglen las calles. Eso, y que han muerto de éxito.

De ahí el título del artículo. He decidido no tirar por la paz mundial, ni por el conflicto palestino-israelí, por la Franja de Gaza, o por el TTIP, ni por Trump, ni por las concertinas de Melilla ni por otros menesteres sin duda relevantes que tienen entretenidos a estos gobiernos pancarta. Los genuinos e incómodos testigos del Gobierno de Manuela Carmena en Madrid son ese socavón con el que una se ha llegado a familiarizar y ese alcorque que se ha quedado para acoger latas y papeles, todo lo demás son maniobras de distracción. La realidad es que en estos tres años se ha hablado mucho del Gobierno de Madrid.

Se han comentado hasta la extenuación las tiranteces sin matices que existen entre las diferentes facciones, las salidas de tono de concejales que quieren estar en la oposición y en el Gobierno, que se niegan a crecer. Se ha hablado mucho más del Gobierno de la ciudad de Madrid que de la propia ciudad de Madrid. Quizás este tercer año habría que empezar a devolver el foco a la ciudad, y habría que empezar diciendo que llegamos al verano sin presupuestos, porque son siete los meses que se han tomado para poner de acuerdo a las diferentes facciones.

Habría que hacer balance de las promesas, no de aquel primer farol, aquel programa que tardó un cuarto de hora en convertirse en sugerencias, sino de las promesas de verdad, esas que se presupuestan. A estas alturas tendríamos que tener una nueva Plaza de España, un nuevo Mercado de Legazpi, tendrían que haber empezado las obras del Nudo Norte, unos cuantos aparcamientos disuasorios, bibliotecas y algún que otro centro de mayores, y que el saldo actual es cero, vamos, ni uno.

Habría que poner sobre la mesa que el año pasado en Madrid se batió un récord de inejecución presupuestaria, el 33%, lo nunca visto. Que es por eso por lo que reducen deuda, y que aun así reducen menos que en los últimos cinco ejercicios, y que además todo esto tienen la habilidad de hacerlo después de subir los impuestos un 16% de media. Que lo único que aquí sube es el apartado de subvenciones, un 75%, y los gastos en propaganda, que se triplican, pero que puertas afuera tenemos los mismos baches, la misma suciedad en las calles y los mismos problemas, solo que han pasado tres años. Y mientras tanto el vecino piensa, con razón, que él lo que quiere es que le arreglen su socavón.

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