Ahora se llama Myanmar, en 1989 cambiaron el nombre a la antigua Birmania y a su capital, Rangún, que la llamaron Yangón.
Escenario de numerosos episodios bélicos y con un patrimonio de templos budistas inconmensurable, este país del sudeste asiático no halla la calma. Bajo la excusa de fraude electoral, el ejército ha vuelto a tomar el poder que ostentó por la fuerza durante medio siglo.
Toda la comunidad internacional condena el golpe y la detención de la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi. Objetivo militar: acabar con la democracia y la libertad.
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