La ley califica de infracciones leves situaciones que van desde viajar sin billete, vender pañuelos de papel o tocar el acordeón sin autorización oficial, hasta accionar la palanca de emergencia para detener un convoy, saltar las vías o practicar el metring, es decir, viajar agarrado al último vagón del metro.

Las multas llegarán hasta los 30.000 euros cuando «comporten peligro para las personas»: la utilización de las alarmas y mecanismos de freno de los trenes sin causa justificada o detengan las escaleras mecánicas o los ascensores de forma indebida.

Actos vandálicos

Serán castigados con multas de 6.001 a 30.000 euros, los actos vandálicos que supongan «destruir, deteriorar, alterar o modificar» cualquier elemento ferroviario. La ley prevee la suspensión de la actividad «por un màximo de un año» a las empresas operadoras que pongan en peligro a sus usuarios por incumplir la normativa. La sanción máxima será de 300.000 euros.

El túnel de la discordia

El concejal de Urbanismo del Ajuntament de Barcelona, Xavier Casas, aseguró ayer que Adif, ente gestor del AVE, «ya está estudiando las diversas posibilidades del trazado» del túnel que deberá pasar por la capital catalana para «garantizar su seguridad».