El Colegio de Médicos de Madrid ha propuesto este miércoles elaborar un "mapa" de los centros de salud más conflictivos que hay en la región para dotarlos de custodia policial "cuanto antes" y construir en ellos 'habitaciones del pánico'.

Estas son algunas de las iniciativas que ha planteado el vicepresidente de la organización, Miguel García Alarrilla, en la asamblea conmemorativa del Día Nacional de las Agresiones en el ámbito sanitario que se ha celebrado este miércoles, según un comunicado del Colegio.

En la asamblea se ha instado a las administraciones a "aumentar" la seguridad en los centros de salud más conflictivos para proteger al personal sanitario y administrativo ante los "crecientes" episodios de violencia.

"Es fundamental en primer lugar que todos los centros con más riesgo de sufrir conflictos dispongan cuanto antes de custodia policial", ha dicho el doctor García Alarrilla, que ha considerado que también habría que dotarlos de 'habitaciones del pánico' y de cámaras de seguridad en los pasillos.

El vicepresidente del Colegio de Médicos ha pedido además que se ejecuten las medidas incluidas en el protocolo de actuación ante situaciones conflictivas que puso en marcha la Comunidad de Madrid en 2004.

Entre estas medidas destacan un 'mapa' de los centros más conflictivos; dotar de infraestructuras a las consultas para que el médico pueda protegerse ante una agresión; carteles informativos de los derechos y obligaciones de los pacientes; e, incluso, la posibilidad de que los profesionales "sean acompañados por la policía en las asistencias domiciliarias".

El doctor García Alarrilla ha asegurado que desde el Colegio de Médicos de Madrid se están haciendo "grandes esfuerzos" por erradicar esta situación pero que "ahora es el momento de actuar con medidas concretas".

El Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) también ha hecho público un comunicado en el que demanda garantías de su seguridad para poder realizar su trabajo "sin temor a recibir amenazas o agresiones" por parte del usuario o sus familiares.

Según denuncian, este tipo de situaciones no sólo repercute en los profesionales sanitarios que no pueden desempeñar su trabajo, sino también en los usuarios que ven incrementados los tiempos de espera por las quejas de otros pacientes o familiares y mermada la calidad asistencial. Además, el temor a una agresión está provocando entre los sanitarios episodios de "estrés, depresiones, estados de ansiedad, secuelas físicas o cambios de humor".