La Conselleria de Medio Ambiente y Movilidad ha invertido un millón de euros en las obras de canalización del torrente de sa Síquia, en Palma, con el objetivo de mejorar la evacuación de las aguas y, de esta manera, eliminar un punto crítico de inundación en el Pla de Sant Jordi cada vez que se registran precipitaciones intensas.

Así, se aumentará la sección hidráulica del torrente en el tramo que fluye por el polígono industrial de Son Oms y se pondrá hormigón para impedir la proliferación de cañas y, así, aumentar la velocidad de circulación del agua. Además, se favorecerá la llegada de los caudales circulantes cuando no hay avenidas hasta las bombas situadas al final del tramo, que impulsan el agua para permitir superar la diferencia de niveles creada por el paso bajo la autopista.

Por otra parte, esta actuación se integra en las actuaciones que, desde diferentes instituciones, se realizan para evitar la proliferación de mosquitos en el Pla de Sant Jordi.

La nueva canalización ha afectado un tramo de 1.060 metros del torrente, desde la rotonda de entrada a la ITV de Son Oms hasta más arriba donde ya se había realizado otra actuación de canalización en el año 2006. La sección construida tiene una anchura mediana de 8 metros.

Por otra parte, también se han retirado las cañerías existentes que dificultaban la circulación del agua y favorecían la retención de sedimentos y el crecimiento de vegetación, y se han sustituido por otras nuevas. Esta actuación se ha completado con la ejecución de una nueva estación de impulsión con dos bombas nuevas que, al estar situadas a un nivel inferior y tener una mayor capacidad, permiten rebajar de manera sustancial los niveles de agua.

Estas dos nuevas bombas permiten la evacuación de un millón de litros de agua por hora, 500.000 litros cada una. La disminución del nivel de agua tiene una gran repercusión en los niveles freáticos de una zona muy amplia del Pla de Sant Jordi, del cual este torrente es casi la única vía de drenaje.

En cuanto a la campaña de control de mosquitos, cabe señalar también que el Ayuntamiento de Palma la ha intensificado para, así,

minimizar y eliminar las molestias que ocasionen a la población. Ésta se lleva a cabo respetando al máximo el medio ambiente.

En concreto, se hacen muestreos de forma periódica para establecer zonas aptas para el desarrollo de mosquitos, muestras que posteriormente se analizan y se determina la concentración de larvas. Este método permite ajustar el tratamiento seleccionando los productos más eficaces y más sostenibles a cada caso.