Profesores de la ESO ven "en la falta de respaldo y en la escasa valoración de la Educación" sus factores de estrés

La falta de respaldo de los padres cuando surgen problemas de disciplina, el enseñar a personas que no valoran la educación o el tener que impartir clase a un grupo con un elevado número de alumnos son algunos de los factores que más estrés le produce al profesorado de Educación Secundaria, según revela un estudio realizado por FETE-UGT, entre docentes de toda España.

La falta de respaldo de los padres cuando surgen problemas de disciplina, el enseñar a personas que no valoran la educación o el tener que impartir clase a un grupo con un elevado número de alumnos son algunos de los factores que más estrés le produce al profesorado de Educación Secundaria, según revela un estudio realizado por FETE-UGT, entre docentes de toda España.

Así, indican en nota de prensa, "los profesores de Secundaria se quejan de la falta de apoyo de los padres cuando se plantean problemas disciplinarios. Para más del 29 por ciento ésta es la fuente de tensión máxima en su vida laboral (8-10 en la escala de percepción), pero si se suma la cifra de aquellos que la valoran como un factor de incidencia medio-alto o alto (6-10) el dato asciende al 54,8 por ciento de los encuestados".

El mayor nivel de incidencia de esta situación se encuentra "entre el colectivo femenino, los individuos de 20 a 30 años de edad, los centros de titularidad privadaconcertada, entre aquellos que tienen más de 50 trabajadores y en los docentes cuya experiencia laboral es inferior a tres años".

"El malestar por deber enseñar a personas que no valoran la educación es la segunda de las más importantes fuentes de tensión. En concreto, indican, "el informe recoge un porcentaje acumulado del 47,9 por ciento de docentes que perciben que la enseñanza a personas que no valoran su esfuerzo supone valores medios-altos de tensión en el trabajo", subrayan.

Otra importante "fuente de amenaza" para el docente lo constituye el hecho de tener "que impartir clase a un grupo con un elevado número de alumnos". Para un 47 por ciento esta circunstancia da lugar a un elevado nivel de preocupación.

Sin embargo, existe un amplio segmento de docentes para los cuales este factor no supone problema alguno.

Para uno de cada cuatro docentes, presenciar las agresiones entre alumnos es causa de un estrés máximo, cifra que casi alcanza el 50 por ciento si se acumulan los valores de estrés medio-alto y alto.

Esta situación de dificultad la perciben "con mucha mayor intensidad las mujeres que los hombres, y en mayor medida los docentes con edades entre 41 y 50 años". En los centros públicos representa una fuente de estrés de primer nivel, mientras que en la red privada-concertada, aunque se le da relevancia, es menor.

Las agresiones verbales por parte de los alumnos también suscitan estrés entre el profesorado. Casi la mitad de ellos (el 48,5 por ciento) se ven afectados por estos comportamientos, que perciben como una fuente importante de tensión.

A esto hay que sumar las desconsideraciones que reciben por parte de los alumnos, algo que un 45 por ciento sitúa en un nivel medio-alto o alto.

Hay otra serie de factores que también son causa importante de tensiones y que afectan al profesorado en porcentajes que oscilan entre el 40 por ciento y el 45 por ciento de los encuestados.

Entre ellos figuran las dificultades a la hora de mantener la disciplina en clase, el que los alumnos intenten probar hasta dónde es capaz de llegar un profesor, las agresiones físicas de los alumnos, la realización de actividades con las que el docente no está de acuerdo, la consideración de un salario bajo en relación con el trabajo desempeñado o los cambios constantes en la profesión.

Para la realización del estudio se han enviado cuestionarios a 1.125 trabajadores de enseñanza secundaria, se han realizado entrevistas personalizadas a una treintena de directores y profesores de centros docentes y se han constituido diversos grupos de discusión.

Además de descubrir los principales factores que producen ansiedad en el profesorado, la investigación ha estudiado también lo que se conoce como el síndrome del quemado (burnout) y las distintas estrategias con las que afrontar estos problemas.

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