Durante la semana pasada, tres perros murieron tras ingerir comida envenenada en una zona ajardinada de la travesía del Cañón. Sus dueños han denunciado el suceso al Ayuntamiento y a la Policía Nacional, institución encargada del esclarecimiento de los hechos.
Según el testimonio que Mario Yubero -uno de los dueños de perro afectados- envió a este periódico, su mascota olisqueó el miércoles un tarro de comida para animales que estaba en el jardín del número 13 de la citada calle.
Sin poder retenerlo, el perro se abalanzó sobre la lata y consumió su contenido.
A los veinte minutos, el perro no se tenía en pie y, poco después, se desmayó. Pasó la noche en la UVI de una clínica veterinaria y falleció a la mañana siguiente.
Sospechas vecinales
"Empecé a preguntar por la zona y di con una vecina a la que le había pasado lo mismo dos días antes", explica Mario en su escrito.
"Todo el mundo por aquí sabe lo que ha ocurrido y estamos muy preocupados", explica otra vecina. "No es sólo por los perros. Cualquier niño puede envenenarse", añade Mario.
El Ayuntamiento retiró los perros muertos y acordonó la zona.
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