Unos 200 hosteleros cántabros reclaman en la calle la suspensión de la Ley antitabaco

Más de 200 hosteleros cántabros, según las estimaciones de los convocantes, se han concentrado este lunes en Santander para reclamar la suspensión de la Ley Antitabaco, que desde la entrada en vigor de la reforma a principios de año ha provocado unas pérdidas en el sector superiores al 20 por ciento.

Encabezados por el presidente de la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria (AEHC), Emérito Astuy, los manifestantes han permanecido por espacio de tres cuartos de hora a las puertas de la Delegación del Gobierno en Cantabria portando pancartas con los lemas 'Prohibición total = ruina del sector'. Algunos de ellos también han desplegado sus propias pancartas con mensajes como: 'No fumar mata a la hostelería' o 'Comillas no echa ni humo'.

Además, los hosteleros han recibido el apoyo de distribuidores de bebidas que durante la protesta han pasado repetidas veces por la avenida de Calvo Sotelo con camiones de reparto haciendo sonar las bocinas.

El presidente de la AEHC ha presentado en el registro de la Delegación del Gobierno un manifiesto en el que los empresarios del sector reclaman la suspensión de la ley para que se puedan negociar los cambios que fueron aprobados en la Comisión de Sanidad del Senado y posteriormente rechazados en el Congreso.

Y es que, según ha explicado, esta ley "cínica" e "inoportuna" ha supuesto para los hosteleros cántabros unas pérdidas del 20% —por encima de las "previsiones" iniciales—, que llegan al 40 por ciento en el caso de los locales de ocio nocturno.

A su juicio, se trata de una ley "cínica" porque "sólo toca el bolsillo de los hosteleros, sin tocar el bolsillo y la recaudación del Gobierno", y además resulta "absolutamente inoportuna", no sólo por el momento del año en el que ha entrado en vigor, sino también porque se pone en marcha "en el peor momento" en términos económicos. "Ni buscando el peor momento a propósito hubiesen conseguido hacerlo peor", ha apostillado.

Tras lamentar que "hay gente muy afectada" que "ha pasado de la preocupación a la desesperación", Astuy ha recalcado que el sector no está "a favor" del tabaco ni en contra de la Ley.

De hecho, entienden la necesidad de vigilar la salud de los menores y no quieren que los camareros trabajen ocho horas al día rodeados de fumadores, pero no comparten la norma "en su totalidad" porque, desde su punto de vista, es "innecesario" llegar a los "extremos" que plantea.

Según dice, lo que quieren es que se les escuche, "como conocedores del sector" y de la clientela, porque los empresarios son los que saben mejor cómo hacer que sus negocios funcionen.

Por lo pronto, para hacer llegar ese mensaje al Gobierno los hosteleros cántabros han secundado esta primera movilización en la región que se suma a las realizadas ya en otros puntos de España y a la que se convocará a nivel nacional en Madrid, para la que seguramente se fletarán autobuses desde Cantabria.

Precisamente, este martes se reúne la Federación Española de Hostelería y Restauración para estudiar nuevas medidas dentro de las gestiones que está realizando para hacer comprender al Gobierno español que esta ley hace "muchísimo daño al sector" y que "de esta manera, no se puede seguir".

Otros sectores afectados

El presidente de la AEHC ha insistido en que se trata de una ley que "atenta directamente contra el sector", que en Cantabria emplea a 15.000 personas, y hasta 25.000 en temporada alta.

Pero además, ha advertido de que sus consecuencias van más allá, porque la hostelería sólo es la "punta de lanza" de una "cadena" y el problema económico "trasciende mucho más que a los hosteleros". Así, ha aludido por ejemplo a sus proveedores, porque si los hosteleros no compran, tampoco estos podrán mantener los empleos.

Otras reivindicaciones

Además de la suspensión de la Ley Antitabaco, con la protesta de este lunes en Santander los hosteleros cántabros también piden la mejora de las condiciones de los trabajadores autónomos de la hostelería, para equipararlos a los trabajadores en régimen general.

Asimismo, reivindican una rebaja del IVA al 4 por ciento para poder competir en los mercados actuales con otros países del entorno y mejorar las condiciones económicas de las empresas en una época de crisis "tan profunda como la actual".