Se cumplen diez años del "papeles para todos"

  • El encierro de 700 inmigrantes en iglesias de Barcelona se produjo entre enero y marzo de 2001.
  • Regularizaron su situación.
Los inmigrantes encerrados hicieron varias asambleas.
Los inmigrantes encerrados hicieron varias asambleas.
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Los inmigrantes encerrados hicieron varias asambleas.

Fueron 47 días de encierro. De convivencia entre magrebíes, indios, pakistaníes, rusos, ecuatorianos, bengalíes, rumanos... Y de lucha común: protestar contra la reforma de la ley de Extranjería de 2001. Este año se cumple una década de la reclusión de cerca de un millar de inmigrantes en iglesias de Barcelona. La del Pi fue el centro neurálgico: se congregaron 500 de las más de 700 personas que se confinaron en 10templos de la capital catalana, según recuentos de la Creu Roja.

"Fue una situación muy compleja, con momentos buenos y también malos", recuerda a 20 minutos Norma Falconi, portavoz de la Asamblea Papeles para Todos y una de las caras visibles de la movilización. Fueron casi dos meses de total intensidad, con huelgas de hambre de 15 días, negociaciones, acuerdos y desacuerdos.

Para Falconi, "valió la pena", porque "por primera vez los inmigrantes con y sin papeles irrumpimos en la política catalana". Además, se logró la "regularización a nivel estatal de varios derechos", como la documentación, la vivienda, el trabajo...

El apoyo de la ciudadanía fue fundamental, "se volcó con total generosidad", asegura Falconi. Porque además de ayudar con la logística (donaron mantas, colchones, comida...), se reunieron 62.850 firmas de catalanes que apoyaban las reivindicaciones del colectivo. Intelectuales y personalidades les secundaron.

Diez años después del encierro, las vicisitudes que han de superar las personas que ahora están sin permiso de residencia son más o menos similares. "Se ha mejorado en algunas cosas, pero en otras, se ha ido a peor", afirma Eduard Ibáñez, director de la ONG Justícia i Pau. Así, "la bolsa de irregulares es igual o mayor a la de entonces", y el tiempo máximo que pueden permanecer internados a la espera de la expulsión ha pasado de 40 a 60 días.

Contodo, la jefa del área de inmigración de Cáritas en Barcelona, Juana Martín, no cree que se pueda volver a repetir un encierro como el de 2001 y que "ayudó a muchas personas". "Entonces era época de bonanza y ahora la crisis lo domina todo", argumenta.

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