Los noventa y la tele le hicieron famoso (Esta noche cruzamos el Mississippi o Manos a la obra), pero Carlos Iglesias tenía mucho que decir en el cine:por eso dirigió y protagonizó Un franco, 14 pesetas (2006) y ahora repite experiencia en Ispansi (Españoles), sobre la historia de amor de dos españoles en la URSS. "La película ha gustado mucho en los pases", dice ilusionado, "y Un franco... funcionó muy bien. Si la gente se entera, esta también triunfará".

En efecto, en su debut como director Iglesias obtuvo buenos resultados: Un franco... reunió a casi 300.000 espectadores y sumó más de un millón y medio de euros. Quizá por eso Iglesias ha sido ambicioso en su segunda película, que tiene un presupuesto de más de cuatro millones y ha sido rodada en su mayor parte en Suiza: "Este proyecto es más grande y complicado, y mis miedos también son mayores. Pero lo aprendido con mi primera película me ayudó, y también contar con un montón de gente que me quiere y que se ha entregado a la causa".

Esa gente es, por ejemplo, Esther Regina, Eloísa Vargas o Isabel Blanco que, junto al propio Iglesias, forman el reparto de un título que Iglesias concibió ya como estudiante de Arte Dramático. "Mi profesor", explica, "era un asturiano llevado a Rusia con cinco años. Mi primera película habló de la experiencia de mis padres, y la segunda tenía que hablar de la suya". Además, Iglesias quiere mostrar "la humanidad de la gente, no la violencia". Aunque sí pretende que los jóvenes aprendan algo de la II Guerra Mundial: "Preguntando mientras escribía el guión me di cuenta de que no tenían ni idea", asegura.