Hablar por hablar

Cuento tradicional Iraní.
Discutir está de moda, tanto en los medios de comunicación como en nuestro entorno. Pero, ¿merece la pena tanta polémica?

En una granja donde convivían diferentes animales se desató, tontamente, una discusión. El perro le dijo al gallo: «¡Qué romántica noche nos ofreció la Luna con sus plateados rayos sobre la llanura!». «Yo prefiero la luz del Sol: es más cálida y agradable, y además no me hace decir tonterías», contestó el gallo con el pico bien alto.

El perro, ofendido, comenzó a insultar al gallo, y se formó tal algarabía que se sumaron a la discusión el gato, la oveja y el caballo. Hubo gritos y empujones. Todos querían dar su opinión sobre quién era más importante, si el Sol o la Luna.

Pero el astro rey, que observaba tan ridículo espectáculo, quiso darles una lección y se ocultó detrás de unas montañas. Se hizo de noche en pleno día, y los animales, que no habían visto nada igual, se asustaron tanto que comenzaron a echarse las culpas. Querían que alguien pusiese fin a la discusión y entonces…

La Luna les dijo que el Sol estaba muy enfadado y que no aparecería nunca más si no se callaban. Los animales hicieron caso a la Luna y se fueron a dormir. A la mañana siguiente, los rayos del Sol iluminaron la pradera. Los animales, felices, hicieron una gran fiesta y nunca más volvieron a discutir.

Todos tenemos derecho a opinar, pero con calma, no por la fuerza.

Próximo viernes: 14 / Maui y el anzuelo

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