Contaminación, pintadas, excrementos de paloma, accidentes de tráfico, actos vandálicos... Los 1.978 monumentos y estatuas que hay en la capital están expuestos las 24 horas del día a un sinfín de peligros.
Para combatirlos, el Ayuntamiento paga cada año un millón de euros a una empresa que se encarga de su reparación, conservación y limpieza.
Los casos recientes más espectaculares se produjeron el miércoles, cuando un conductor chocó contra el monumento a Argüelles, en Moncloa, y el 17 de febrero, cuando un camión se empotró contra uno de los pilares centrales de la puerta de Alcalá.Pero, más allá de estos «casos puntuales», el vandalismo es el principal azote de las esculturas urbanas, según explicó a 20 minutos Carmen Rojas, jefa del departamento de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Madrid.
Los parques, zona de peligro
«Los monumentos situados en parques y zonas verdes, especialmente en lugares donde son frecuentes los botellones, son quizá los que sufren más agresiones vandálicas», afirma Rojas.El de la Constitución (paseo de la Castellana), La Chata (Pintor Rosales) y Daóiz y Velarde (2 de Mayo) son, históricamente, los más afectados por los graffitis.
El Ayuntamiento dispone de un teléfono gratuito, el 900 503 340, que funciona las 24 horas y recibe denuncias sobre agresiones a esculturas.
Con las manos amputadas
- Cibeles: Le han arrancado la mano izquierda tres veces: en 1931, en 1994 y 2002. En esta última ocasión, el responsable tuvo que pagar más de 27.000 euros.
- La Chata: Su mano derecha original desapareció en 2000. Ahora tiene una de resina.
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