En plena hora punta, un fallo en la catenaria (el cable que da tensión a la línea ferroviaria) entre las estaciones de Atocha y Laguna  de Cercanías desató el caos. Eran las 8.30 h, un momento del día en el que los trenes van atestados de pasajeros que se dirigen a sus trabajos. Por la línea Móstoles-El Soto/Fuenlabrada circulan a esa hora y en ese tramo unos 21.000 pasajeros. El servicio se restableció a las 11.25, casi tres horas después, según explicó ayer ADIF, la empresa gestora de las infraestructuras ferroviarias de Renfe. La compañía emitió un comunicado en el que pidió disculpas a los afectados y aclaró que, pese al daño, la circulación se mantuvo en el resto de la línea.

Este incidente coincidió con la suspensión de la Línea 5 de Metro entre las estaciones de Carabanchel y Empalme, lo que contribuyó a que en algunas paradas como Aluche se aglomeraran cientos de pasajeros. La línea estuvo cortada entre las 7.30 y las 9.30 de la mañana. Ésta la utilizan unos 400.000 viajeros al día.

El caos también llegó a la estación de Nuevos Ministerios. Los andenes de la L-8 hacia Barajas, con 150.000 usuarios cada jornada, estaban llenos de pasajeros que no salían de su desconcierto y asombro. Allí, a las 8.30, una avería en los trenes provocó esperas de 15 minutos, en opinión de Metro, y de más de 30, según contaron varios afectados a

20  minutos. El servicio se normalizó a las 9.00.

Una semana de cortes

No ha sido una buena semana para los viajeros del Metro. El lunes, las obras en el túnel de la risa provocaron la suspensión durante tres horas de la L-6 entre Avenida de América y Ciudad Universitaria a causa del boquete que abrió una excavadora entre Nuevos Ministerios y República Argentina. Las obras en la M-30 también provocaron cortes, entre Lucero y Argüelles, tres horas más.