La organización agraria UPA en Andalucía ha estimado que la producción de aceite de oliva para la presente campaña alcanzará la cifra de 1.300.000 toneladas, una cantidad que sería similar a la campaña de 2009-2010, que con 1.347.600 toneladas superó el valor final de las cinco campañas anteriores y significó un incremento del 32 por ciento con respecto a la campaña anterior y del 30 por ciento respecto a la media de las cuatro campañas anteriores.

Si bien fuentes de UPA-A han señalado a Europa Press que a pesar de haber obtenido una cantidad similar de aceituna en la campaña actual, el rendimiento ha sido algo menos, de ahí que la producción "pudiera ser ligeramente más baja que en la pasada campaña". No obstante la campaña aún no ha finalizado, ya que se encuentra al 95 por ciento, y se prevé que si en la próxima mañana no llueve, se dé por concluida.

Además, según indica UPA-A, la política "abusiva" de la gran distribución está imponiendo precios "extremadamente" bajos a los productores. Por ejemplo, el precio medio durante la semana pasada, según la información consultada por Europa Press en Pool Red, fue de 2,01 euros por kilo de aceite de oliva virgen extra; 1,82 euros por kilo de aceite de oliva virgen, y 1,69 euros por kilo de aceite de oliva lampante, y el precio en origen que han recibido los olivareros en 2010 ha oscilado entre los 2,40 euros y los 1,85 el kilo.

Ante esta situación el secretario general de UPA-A, Agustín Rodríguez, pide insistentemente que se potencie la "concentración de la oferta" como instrumento para luchar contra la gran distribución, ya que "no es posible, por tercera campaña consecutiva, seguir produciendo a pérdidas".

"El sector del aceite de oliva no puede soportar más esta situación", reclama Rodríguez. Más de 300 municipios andaluces dependen de este cultivo y "hay que recordar que el olivar sigue perdiendo tejido productivo no solo en la producción sino también en la industria envasadora". En este sentido ha concretado en diversas ocasiones en reformar dos leyes: la Ley de venta a pérdidas y la Ley de Comercio Minorista porque "sin medidas concretas de regulación básica de los mercados, los productores no encontraremos salida a la crisis de precios".