Un minusválido en paro no puede estudiar en un centro público

Porque no cumple la normativa de accesibilidad. Hace tres años presentó una queja pero siguen las barreras arquitectónicas.
El joven Albert Amorós, ayer, ante uno de los obstáculos que no puede superar por sí solo.
El joven Albert Amorós, ayer, ante uno de los obstáculos que no puede superar por sí solo.
Hugo Fernández
El joven Albert Amorós, ayer, ante uno de los obstáculos que no puede superar por sí solo.
Albert Amorós ha vuelto a encontrarse con los mismos obstáculos arquitectónicos que en el año 2003 le impidieron hacer un curso de informática en el Centre d’Innovació i Formació Ocupacional (CIFO) La Violeta, dependiente de la Generalitat y totalmente innacesible para personas con movilidad reducida.

El único centro en que se imparte el curso de sistemas microinformáticos es éste del Tibidabo, donde quien quiera subir escaleras tiene para hartarse. «No cumple la ley de adaptación para minusválidos», denunció ayer a 20 minutos este informático de Santa Coloma de Gramenet, que quiere hacer el curso ahora que está en paro.

El CIFO «le dará prioridad» para hacer el curso en algún centro colaborador, según el director de La Violeta, Fernando Herrero.

Albert padece desde que nació una artrogriposis múltiple que le impide doblar las extremidades. Sólo puede mover las muñecas.

«Habría que levantarlo de nuevo»

El emplazamiento del centro La Violeta, en la falda del Tibidabo, y su arquitectura hace «muy difícil» adaptarlo a las personas con movilidad reducida, según su director Fernando Herrero, quien también sufre una minusvalía en una pierna. «Habría que tirarlo y levantarlo de nuevo para hacerlo accesible», afirma. Hace tres años que llegó al centro y rápidamente reformó los lavabos y puso barandillas en la escalera de acceso al edificio. Según el Servei d’Ocupació de Catalunya, «los informes técnicos dicen que el edificio no se puede adaptar».

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