La cantante colombiana Shakira: cuando las caderas no mienten

  • Sus contoneos y amoríos protagonizan la actualidad diaria.
  • Detrás, hay una artista exigente que trabaja más de 14 horas al día y ha de combatir los dolores intensos que le provocan sus contoneos con bolsas de hielo.
Imagen de archivo de Shakira, posando a su llegada a los premios musicales NRJ en Cannes.
Imagen de archivo de Shakira, posando a su llegada a los premios musicales NRJ en Cannes.
Efe
Imagen de archivo de Shakira, posando a su llegada a los premios musicales NRJ en Cannes.

El ciudadano barcelonés mira estupefacto a la reportera de Antena 3 que le ha abordado mientras paseaba. ¿Por qué habría de desaprobar que la cantante Shakira esté viviendo un romance con el jugador del Barça Gerard Piqué? Sonríe, distraído. Quizá la cámara le intimida. O, tal vez, le han venido a la memoria unas costillas frescas, lubricadas, sodomizando las rejas de una jaula de metal. Y a continuación, un embrollo de melena rubia y un arrebato de carne bien hecha. El recuerdo explota con un delirio de piernas, un trasiego de curvas, espasmos y un sofoco de jadeos licántropos. Ligeramente sonrojado se apoya con dignidad sobre el bastón. La respuesta le sale de dentro: "Si Shakira podría meter goles con las caderas", razona. Después se aleja mareado por un frenesí de estribillos que cantan Loba y de contorsiones freestyle.

A algunas cadenas latinoamericanas les gusta recordar el pasado de la que es hoy la colombiana más famosa del mundo. Y emiten, por ejemplo, aquel vídeo en el que una Shakira irreconocible de 12 años entona una balada en un programa de televisión. "¡Adorada!", exclaman entonces los contertulios al unísono al ver a esa niña impetuosa que agarra con afectación el micrófono mientras brinda a la cámara una mirada apasionada. Durante un rato continúan los elogios –"muñeca", "hermosísima"-. Hasta que, de pronto, alguien destaca el peinado fosco y moreno de la pequeña; y otro, su piel cetrina, tan distinta de la de ahora. O los movimientos forzados al bailar y el vestido "pastel" de cría de provincias. "Cómo ha cambiado, ahora con ese cuerpazo", "lo que se ha superado", "lo que hace la preparación", convienen todos.

En otro espacio, en TV Azteca, sus presentadores observan impasibles uno de los clips en los que la de Barranquillas agita su belleza felina hasta la extenuación. Al parecer, la grabación no les parece merecedora del premio que ha obtenido. De su cantante resaltan sus "grandes cambios quirúrgicos". Al fin y al cabo, ¿por qué deberían ser benévolos con esa vecina capaz de eclipsar asuntos de estado con sus meneos y sus romances?

En realidad, no es nada nuevo. Ya en 2000, la prensa argentina desconfió de esa diosa de vientre bamboleante que había enamorado al hijo del presidente De la Rúa. Los periódicos calculaban el coste de cada uno de los viajes que emprendía la pareja. "Antoñito se está gastando con ella los fondos de Argentina", decían los corrillos callejeros. La réplica llegó, enfurecida, desde Colombia: "Ella es quien paga, ella es quien tiene la plata". Durante sus años de noviazgo, Shakira trató sin éxito de que en su país se respetara a su amado. Pero aunque insistió una y mil veces en que Antonio, además de su manager, era abogado e inversor, no pudo evitar que el joven se ganara el apodo de La Esponja y fama de vago y mantenido.

La fama cuesta

Ha pasado mucho tiempo, prácticamente casi toda su vida, desde que Shakira, 34 años, comenzó a escribir canciones y se prometió que un día sería una gran artista. Y más de dos décadas desde que convenció a su madre para que la acompañara en un largo deambular por concursos musicales, audiciones y discográficas. Pero no fue hasta 1995, con el tema Dónde estás corazón, con el que saltó a la fama.

Shakira.Desde entonces, ha vendido 50 millones de discos, ha ganado varios Grammy, ha refinado su figura, ha cantado para Obama, encabeza importantes campañas solidarias y ha hecho bailar a todo el planeta al ritmo de Waka-waka. Forbes la considera una de las artistas más ricas del mundo.

Los que la conocen de cerca aseguran que es pudorosa y que sólo se desinhibe en sus canciones y sobre el escenario. Que trabaja más de 14 horas al día y que es tan perfeccionista que puede estar horas revisando las grabaciones de sus directos en busca del mínimo fallo. Y que soporta con entereza -y con varias bolsas de hielo- la tendinitis de espalda que sufre tras los conciertos debido a sus bailes y continuos arqueamientos.

Algunos se preguntan si la gran estrella latina puede haberse convertido en esclava de lo que un día soñó.

Amores y desengaños

"A los 8 años estaba enamorada de Miguel Bosé", ha explicado regocijada Shakira. Pero, quizá, su primer amor fue Oscarito, un compañero de colegio, según reveló una vez una amiga de la infancia.

<p>Osvaldo Rios</p>Siempre le ha gustado estar acompañada. Cuando su carrera comenzó a despuntar, se emparejó con el actor portorriqueño Osvaldo Ríos (en la foto de la izquierda), conocido en España por su trabajo en la telenovela Casandra. Ella tenía 20 años; él era 17 años mayor y un maestro de la seducción. Aquello no duró mucho para, dicen, alivio de los padres de la cantante, que no miraban con buenos ojos a aquel galán a quien algunos acusaban de comprar flores a su hija y luego cargar la factura en la cuenta de su discográfica. Aún así, la artista le dedicó algunas de las canciones de su disco Servicio de lavandería.

Dos años más tarde quedaría deslumbrada por Antonio de la Rúa, a quien conoció en un restaurante. Su relación ha durado once años y aunque en muchas ocasiones se rumoreó sobre su intención de casarse, nunca pasaron por el altar. Tras su ruptura, la prensa relacionó a Shakira con Gerard Piqué, diez años menos que ella. Se asegura que él es la razón por la que la cantante se ha mudado de las Bahamas a Barcelona. Si las informaciones son ciertas, ambos habrán pasado los últimos días juntos en Berlín.

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