La Asociación de Nabateros de la Galliguera ha iniciado el trabajo previo necesario para celebrar el IX Descenso de la Nabata por el río Gállego, que se desarrollará el día 24 del mes de abril. Estos trabajos consisten, entre otras labores, en cortar los bergudos que posteriormente atarán los troncos de las nabatas.

Este año se intentará realizar el descenso de dos nabatas, incrementando así las cifras de las ocho ediciones anteriores en las que ocho nabateros y una nabatera de la zona, con la ayuda de los nabateros del Sobrarbe, realizaban el descenso de una nabata.

Los trabajos previos a la jornada de descenso de la nabata, que recupera las tradiciones aragonesas, finalizará con el montaje de la nabata entre los días 21 y 23 de abril y, además de cortar los berdugos, los preparativos se centran en la nabata con el trabajo de plancha, que consiste en abordar la madera, preparar la mortaza y barrenar, montar los maderos para atar, atar los trampos, poner las remeras, los remos y el ropero.

Durante siglos, los nabateros o almadieros de La Galliguera transportaban madera por el río llevándola desde los bosques del Pirineo y San Juan de la Peña a los pueblos y ciudades del llano, donde se vendía para la construcción de casas, o incluso hasta el mar por el Ebro, para hacer barcos.

Con el agua del deshielo se bajaban los troncos, atándolos y formando unas plataformas llamadas almadías o nabatas, que eran dirigidas por los almadieros con largos remos, que dejaron de navegar por el Gállego en la primera década del siglo XX, por la construcción del embalse de La Peña y por la llegada del ferrocarril, que permitía un medio de transporte más rápido.

El presidente de la Asociación de Nabateros de la Galliguera, Fermín Ortas, ha subrayado que ahora "hemos recuperado la forma de transportar la madera que se hacía hace años, cuando en los ríos no había pantanos, ni camiones, ni casi ferrocarril y era la única forma que había de bajar la madera de la montaña al llano o bien por los ríos o a través de caballerías". REIVINDICACIÓN

La Asociación de Nabateros de la Galliguera ha recuperado el descenso de las nabatas casi un siglo después y con su actividad intenta cumplir cuatro objetivos: mantener la recuperación de una antigua tradición, sensibilizar a la población de los valores medioambientales de un río vivo, buscar un desarrollo sostenible con el medio natural y concienciar de la importancia del patrimonio cultural y del río como ecosistema vivo con actividades y el descenso de la nabata.

El descenso de este año volverá a estar protagonizado por la reivindicación contra la construcción del pantano de Biscarrués. Así, la asociación desea explicar que "sólo por un río vivo en el que no se construya el pantano de Biscarrués podrá seguir realizándose esta tradición convertida en los últimos años en reclamo turístico de la comarca de la Hoya de Huesca". La asociación indica que "el descenso de la nabata por el río Gállego se está consolidando como un importante atractivo cultural y turístico en la comarca".

Además, desde la asociación insisten en que "hay alternativas más sostenibles a la construcción de este embalse" y solicita la declaración de impacto ambiental negativa.

Fermín Ortas ha apuntado que "junto con la Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos llevamos a cabo esta actividad también como una forma de reivindicar que no se tiene que hacer el pantano, porque los regantes tienen el agua igual y si nos hacen el pantano económicamente nos destrozan la zona". Asimismo, "es una forma de reivindicar que si hacen el pantano tampoco podremos bajar las nabatas", ha concluido.