El ingeniero agrónomo y presidente de Aenor/CTN 68 'Tractores y maquinaria agrícola', Luis Márquez, ha advertido de que los países del área del Mediterráneo se han olvidado en los últimos años de la rotación de cultivos y ha abogado además por técnicas conservacionistas como la labranza reducida y la siembra directa para aumentar el rendimiento de los cultivos del 20 al 50 por ciento.

Márquez, que ha participado en una jornada sobre el panorama agrícola mundial y la PAC en el marco de la Feria Agraria, ha advertido a este respecto de que si se siembra siempre el mismo cultivo en la misma parcela "la tierra se enfada" y ha puesto como ejemplo la persona a la que le gustan las lentejas pero que acaba odiándolas después de comerlas cuatro días seguidos.

El ingeniero agrónomo ha apostado también por ir en un futuro hacia una agricultura sostenible, aquella que utiliza sistemas de cultivo que permiten mantener la productividad y la utilidad de los recursos agrarios para la sociedad, a través de métodos de cultivo capaces de reducir los daños medioambientales y de mantener o, incluso, aumentar la producción.

"En algunos casos estas tecnologías también reducirán los costes de producción", ha defendido Márquez para quien las fuentes del crecimiento de la producción para el futuro pasan por el rendimiento de los cultivos, la intensidad de los mismos y el incremento de la tierra dedicada a la labranza.

Según sus datos, la superficie de labranza en los países en desarrollo aumentará casi un 13 por ciento (120 millones de hectáreas) entre 1997 y 2030.

Márquez ha apostado también por aprovechar el potencial de la biotecnología, "que promete grandes beneficios", si bien ha considerado que antes sería necesario desarrollar políticas adecuadas que permitan asegurar un diagnóstico preciso de los riesgos potenciales para evitarlos "cuando sea necesario".

Entre las ventajas de la biotecnología ha citado la mayor productividad de los cultivos, las menores necesidades de insumos, la resistencia a plagas y enfermedades, la mejora del nivel nutritivo o una mayor seguridad alimentaria, si bien ha admitido algunos "riesgos potenciales" como la concentración del mercado en pocos productores de semillas, la obtención de patentes a partir de genes obtenidos en países en desarrollo, la imposibilidad de reutilizar las semillas o alergias alimenticias.

En su alocución, el ingeniero agrónomo ha cifrado en 146,8 euros por tonelada los costes de producción para una "zona buena" de Castilla y León, una cifra superior, ha advertido, a la de países como Francia o EE.UU (130) o Argentina (80) o Kazakhstan (43), en este caso, además, "con menos tecnología". En este sentido, ha recomendado racionalizar las producciones en España y modernizar la maquinaria para "por lo menos poder competir con los franceses".

Luis Márquez ha lamentado asimismo la especulación que se está dando en los últimos años en el mercado de los cereales hasta el punto, ha explicado, de que los agricultores argentinos están vendiendo a futuro y hasta sin haber sembrado sus parcelas, una práctica que no se da en España ya que "nosotros no vendemos hasta que no está en el granero".

En un repaso a las perspectivas para los principales cultivos, este ingeniero agrícola ha augurado un crecimiento de las oleaginosas casi dos veces más rápido que la agricultura mundial en su conjunto y ha alabado el potencial energético de estos productos así como su contribución a reducir los "puntos de cosecha" y a amortiguar las oscilaciones de mercado.