Unos cincuenta empleados de la planta de Cárnicas Vilaró en Mollerussa (Lleida) se han concretado esta viernes ante el juzgado mercantil de Girona para protestar contra el cierre de la planta.

"Presentarnos en Girona es el último recurso que nos queda", ha asegurado el portavoz de los trabajadores, Josep Maria Mené.

Los trabajadores se han plantado ante el juzgado mercantil con gritos de "queremos justicia" y "Vilaró a la cárcel", y su sorpresa ha llegado cuando el juez decano de Girona, Hugo Novales, ha aceptado recibirles y escuchar su posición.

Al salir de la reunión con el juez, Mené ha explicado en una atención a los medios de comunicación que procurará hablar con los administradores concursales, aunque evidentemente no ha querido pronunciarse sobre el tema.

Lo que sí les ha comentado es que el período de consultas del expediente de extinción de la empresa está abierto hasta el 9 de marzo y que a partir de ese día tienen dos opciones: "no aprobar el expediente o aceptar las condiciones que marca el Expediente de Regulación de Empleo de 20 días por año trabajado".

Si no se acepta el ERE los trabajadores tendrían que ser reincorporados como empleados en la empresa, aunque no hubiera actividad, ha concretado Mené.

Los más de cincuenta empleados de Mollerussa se encuentran actualmente afectados por un ERE temporal de un año, que se decretó el pasado 6 de abril de 2010.

Desde ese momento están con una suspensión temporal de los contratos de trabajo, aunque desde el 27 de julio están cobrando del paro porqué la planta cerró.

Fin al encierro

Mené también ha comentado que este domingo darán por terminado el encierro que desde el 26 de enero están llevando a cabo en la planta de Mollerussa.

"Hemos hecho diferentes movilizaciones pero en Vilaró siguen muy tranquilos, lo único que nos queda es venir a los juzgados", h lamentado.

Finalmente ha recordado que la viabilidad de la planta de Mollerussa no ha sido posible por que desde Cárnicas Vilaró no se ha querido, ya que adquirió la planta para sacarla adelante y no lo ha hecho, ha criticado Mené.