'Hijos de Papá': para ellos se acabó vivir del cuento

  • Luján Argüelles ayuda a ocho jóvenes "ni-ni" y escandalosamente ricos a aprender el valor del trabajo y a valerse por ellos mismos.
  • Sus padres quisieron pagar por ampliar su estancia en el programa.
'Hijos de Papá'
'Hijos de Papá'
CUATRO
'Hijos de Papá'

Ni Blackberrys, ni Porsches ni chalés de lujo. Ocho jóvenes adinerados abandonan sus privilegios durante tres semanas para irse a vivir a Hoyos del Espino, un pequeño pueblo de Ávila, donde aprenderán lo que vale un peine.

Porque lo de trabajar y estudiar no va precisamente con su filosofía de vida. Y sus padres, desesperados, han ido en busca de ayuda. "Algunos querían pagar para que sus hijos estuvieran en el programa dos meses, en lugar de tres semanas", explica Óscar Vega, director de Hijos de Papá, el nuevo coach (programa de entrenamiento) presentado por Luján Argüelles y que se estrena este mismo viernes (Cuatro, 22.30 h).

"Me considero una auténtica Barbie y me gustaría vivir como ella", "Un día normal de compras puedo llegar a gastarme entre 15.000 y 20.000 euros y, si encuentro un bolso o algo especial, puedo llegar hasta 30.000", "El deber de mi madre es darme todos los caprichos que yo quiera, para eso me ha tenido"... son algunas de las afirmaciones de este grupito de pijos con edades comprendidas entre los 19 y los 24 años.

Todos querían salir en televisión y pensaban que les habían seleccionado para participar en un programa sobre glamour. Hasta que se encontraron con una realidad bien distinta que los llevará incluso a plantearse dejar el programa.

Alejados del asfalto, estos jóvenes tendrán que luchar en un entorno rural por un sueldo mileurista... limpiando cuadras, lavando cabezas o trabajando en una cadena de montaje. Además, se negarán a ponerse la ropa que exigen las diversas actividades. "Si pretendes ir a pastorear con unos Dolce, la llevas un poco chunga", cuenta Luján, quien estará acompañada en el programa por dos expertos en conducta. Ellos ofrecerán a los hijos de papá todas las claves que necesitan para superar sus miedos.

Un giro brusco que les dará una experiencia con la que aprender a valorar las cosas y ver que están equivocados en su forma de ver la vida. Pero los chavales no serán los únicos que se lleven una colleja: sus progenitores también tienen su parte de responsabilidad.

Reeducar a los jóvenes

Mostrar los excesos de la juventud se está convirtiendo en un filón televisivo. Curso del 63, en el que un grupo de jóvenes convivía en un internado de los años sesenta, consiguió muy buenos datos en Antena 3. Polémico fue Generación ni-ni (La Sexta), en el que sus protagonistas se enfrentaban también a una reeducación terapéutica. Lo mismo que sucede en Hermano mayor (Cuatro).

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