El 40% de los que piden en Barcelona un piso social no pueden pagarlo

  • Las principales quejas de los barceloneses son por las vivienda.
  • Además del transporte, ruido, contaminación y trámite de licencias.
Varios bloques de viviendas.
Varios bloques de viviendas.
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Varios bloques de viviendas.

Unas 7.800 familias que solicitan una vivienda protegida –el 40% del total– se quedan fuera de las promociones por falta de recursos, según denunció este miércoles la Síndica de Greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà.

La defensora de las personas, cuyo organismo recibió 1.513 quejas en 2010, criticó la política actual de sorteo de las promociones, pues considera que están orientadas a las "clases medias" y no a quienes más lo necesitan.

Esta situación se agrava a la hora de acceder a los pisos de emergencia, un servicio que les está vetado si han ocupado alguna vivienda de forma ilegal. Con todo, recomendó al Ajuntament que modifique los requisitos para acceder a este tipo de viviendas y amplíe la oferta. Además, Vilà anunció que instará al Defensor del Pueblo a impugnar "por inconstitucional" la ley "injusta" por la cual las personas que se quedan sin piso al no poder hacer frente a su hipoteca deben seguir pagando la deuda.

Principales quejas

Los ‘sin techo’. La Síndica alertó de la necesidad de invertir más recursos públicos y profesionales para ayudar a las 600 personas que se calcula que viven en las calles de Barcelona, pues muchos sufren trastornos mentales y adicciones.

Ruido y contaminación. Vilà instó al consistorio a agilizar las denuncias y a aplicar "con rigor y contundencia" la normativa sobre ruido y contaminación, ya que en 2010 creció el número de quejas.

Movilidad. También propuso fomentar la "disciplina viaria" de los ciclistas y crear más carriles bici para evitar que circulen por las aceras. La Síndica recibió numerosas quejas por el uso "abusivo e innecesario" de la grúa municipal.

Apartamentos turísticos. La Síndica planteó la posibilidad de regular los apartamentos turísticos, con licencias "temporales y revocables", y limitarlas en función del barrio, ante la incapacidad del Ajuntament de controlar la actividad.

Seguridad. Vilà, que lamentó la supresión del Codi Ètic de los Mossos, también recibió quejas por la presencia insuficiente de agentes y, en ocasiones, por el trato incorrecto recibido.

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