Ese turbio líquido negro

Los intereses que provoca el petróleo ahogan a George Clooney en un complicado ‘thriller’ político a través de la CIA, los países árabes y las explotadoras del crudo.
Un hinchado George Clooney se encuentra en el ojo de un huracán de corrupción.
Un hinchado George Clooney se encuentra en el ojo de un huracán de corrupción.
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Un hinchado George Clooney se encuentra en el ojo de un huracán de corrupción.
El lado más oscuro y sórdido del petróleo es el punto de partida de este thriller político. La CIA, las petroleras, sus abogados e incluso analistas económicos se ven involucrados en un complejo entramado del que no se escapa ni el apuntador. George Clooney (nominado por este papel al Oscar a mejor actor de reparto) es un agente del servicio de inteligencia estadounidense que tiene una última misión: el asesinato de un emir árabe. A partir de ahí, hechos detestables como la corrupción, la traición y los  intereses económicos bailan al son de los barriles de petróleo. El reparto está encabezado por Matt Damon (El indomable Will Hunting), Christopher Plummer (Sonrisas y lágrimas), Chris Cooper (American Beauty) y el propio George Clooney. Pero son hasta un total de 70 personajes los que cuentan con diálogo en este filme, una auténtica barbaridad.

Esta cantidad sólo es una de las mareantes cifras con las que cuenta el filme: la película ha costado 40 millones de euros, cuenta con diálogos hasta en cinco idiomas, Clooney engordó 15 kilos para el papel en sólo 30 días y se rodó en un total de 12 localizaciones... ¡Casi nada!

Dirige todo este tinglado Stephen Gaghan, el guionista de la también compleja Traffic, de Steven Soderbergh.

* EE UU, 2006. Dir.: Stephen Gaghan. Int.: George Clooney, Matt Damon, Jeffrey Wright. Dur.: 128 min.

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