El consejero de Cultura, Paulino Plata, ha visitado este martes las obras de restauración y consolidación iniciadas en la iglesia de Santa María la Blanca (Sevilla), una actuación, adjudicada por la Archidiócesis de Sevilla a la empresa constructora Joaquín Pérez S. L., que contempla la intervención en las cubiertas del edificio, la consolidación de su espadaña —que perderá el añadido trasero que distorsiona su perfil— y la mejora de la sujeción de las bóvedas interiores.

Los trabajos, que cuentan con un plazo de ejecución aproximado de diez meses y que tienen un presupuesto de 823.018 euros, han comenzado por la espadaña del templo, y proseguirán con el desmontaje de las cubiertas, cuando las condiciones meteorológicas lo permitan. En declaraciones a los medios tras la visita, Plata ha destacado que Santa María la Blanca "ha sido una iglesia con una historia muy larga, fue mezquita, judería y a partir de 1391, una iglesia", y ha destacado su "singular" decoración y su "espectacular" yesería, así como "su innegable interés turístico".

"Tiene un problema de cubiertas que está dañando a la yesería y a la propia estructura de la iglesia", apunta Plata, y por eso "lo que vamos a hacer durante este periodo es mejorar la cubierta para que no haya más filtraciones de agua y no se resienta ni la estructura ni la yesería y policromía". Además, ha añadido que posteriormente se tendrán que "abordar más intervenciones, porque hay una zona de la iglesia que estructuralmente está resentida y que ofrece un cierto riesgo".

Las obras en Santa María la Blanca han sido financiadas al 80 por ciento por la Consejería de Cultura —aportando, por tanto, 658.414 euros—, mientras que el Arzobispado de Sevilla se ha hecho cargo del 20 por ciento restante. Esta financiación ha sido fruto de un convenio específico que ambas instituciones firmaron en julio de 2009 para intervenir en las cubiertas de la iglesia, según el proyecto encargado por la Consejería de Cultura al arquitecto Óscar Gil Delgado.

El templo de Santa María la Blanca, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Monumento, está considerado uno de los conjuntos más deslumbrantes de la arquitectura andaluza del primer barroco. En su interior presenta tres naves divididas en seis tramos mediante diez columnas toscanas de mármol rojo. Sobre ellas voltean arcos formeros de medio punto que sustentan bóvedas de cañón con falsos lunetos en la nave central y bóvedas de aristas en los laterales.

La superficie de las bóvedas, cúpula e intradós de los arcos se hallan repletas de una profusa y volumétrica decoración de yeserías con motivos geométricos, vegetales y figurativos que, junto con las pinturas murales, que siguen la secuencia de las yeserías, dan movimiento a una planta octogonal y sin dinamismo

Nueve millones en patrimonio religioso

La inversión de la Consejería de Cultura, a través de la Dirección General de Bienes Culturales, en el patrimonio religioso de la provincia de Sevilla en los últimos años (2006-2010) supera los nueve millones de euros. En este sentido, algunas de las actuaciones "más significativas" que se han ejecutado en los últimos meses son la del retablo de Santa Ana de Triana, o la de la iglesia de Los Descalzos o la torre de San Juan, en Écija.

Segunda fase de santa catalina

Por otra parte, y sobre restauración integral de la Iglesia de Santa Catalina, el delegado provincial de Cultura, Bernardo Bueno, que ha acompañado a Paulino Plata en esta visita, ha explicado que "se está redactando el proyecto integral, así que cuando eso esté plantado ya se verá la fórmula". Además, ha recordado que en la primera fase de restauración de este templo —la recuperación de las cubiertas de esta iglesia gótico mudéjar— ha intervenido el Ayuntamiento de Sevilla y la Consejería, pero no el Arzobispado.

"Estamos esperando que en la segunda fase el arquitecto entregue el proyecto al Ayuntamiento, que fue quien se lo encargó, y después tendremos que buscar patrocinadores", ha dicho, y ha querido dejar claro que la inversión de Cultura en la primera fase fue "muy importante, y en lo que se refiere a nuestra responsabilidad, el templo no está dejado de la mano de Dios", pero, agrega, "la propia Iglesia tiene que participar en el financiación".