El Ayuntamiento implanta en la ciudad las tres primeras zonas con velocidad limitada a 30 km/hora

El Ayuntamiento de Santander implantará en unos días las tres primeras zonas de la ciudad con velocidad limitada a 30 kilómetros por hora para el tráfico. Dos de ellas corresponden a calles céntricas y otra al área residencial comprendida en el grupo Ateca.

El Ayuntamiento de Santander implantará en unos días las tres primeras zonas de la ciudad con velocidad limitada a 30 kilómetros por hora para el tráfico. Dos de ellas corresponden a calles céntricas y otra al área residencial comprendida en el grupo Ateca.

Se trata de un proyecto piloto que tienen como principales objetivos mejorar la seguridad de los peatones y recuperar la calle como lugar de convivencia social, ha señalado este lunes el portavoz del equipo de gobierno municipal, Eduardo Arasti.

Una de las dos 'zonas 30' del centro está delimitada por las calles Calvo Sotelo, Paseo de Pereda, Casimiro Sainz, Santa lucía, Guevara, Santa Clara, Rualasal y Lealtad, que no forman parte de ella, sino su perímetro. En ellas se colocarán, mediante la correspondiente señalización, "puertas de entrada" al área de velocidad reducida.

La otra zona corresponde a la Plaza del Progreso y está limitada por las calles Nicolás Salmerón, Antonio López, Rodríguez y Castilla, donde se ubicarán dos puertas de entrada. En este caso, se trata de calles con viales muy estrechos y donde el peatón y el vehículo están "muy cerca", ha señalado Arasti.

El concejal ha indicado que tanto en estas dos áreas como en la del grupo Ateca la velocidad es ya "bastante baja", siendo igual o inferior a 30 kilómetros, debido a que estas zonas, con las que cuentan ya ciudades españolas y de otros países, se implantan en calles secundarias, donde no se superan los 5.000 vehículos al día, y no en las principales.

Además de la señalización, en las calles seleccionadas el nivel de las aceras y la calzada será distinto, para asegurar una "mayor protección" a los peatones.

El concejal ha destacado que con esta iniciativa se quiere dar más "protagonismo" a los peatones, recuperar la calle como lugar de convivencia, reducir las emisiones contaminantes y el ruido, así como el consumo de combustible, aunque el principal objetivo es aumentar la seguridad vial, ya que se reduce el riesgo de sufrir accidentes.

En concreto, ha precisado que, según diferentes estudios, cuando la velocidad se reduce de 50 a 30 kilómetros/hora, baja en más del 50 por ciento el número de accidentes y en un 90 por ciento los muertos o heridos graves. Ha recordado que se trata de una medida recomendada por la Dirección General de Tráfico, entre otros organismos, y que está recogida en el Plan de Movilidad Sostenible de Santander.

Las tres zonas se han seleccionado tras un estudio realizado por técnicos de la Universidad de Cantabria y de la Policía Local, y se implantan como proyecto piloto para recabar datos y extraer conclusiones sobre esta iniciativa.

Ampliación de la ola

Por otro lado, el concejal ha informado, a preguntas de la prensa, de que el equipo de gobierno sigue manteniendo reuniones con las asociaciones de vecinos de cara a la ampliación de la zona OLA, una medida que no se quiere tomar sin que exista consenso de los vecinos, por lo que hasta que no estén "todos los flecos resueltos" no se materializará, ha precisado Arasti.

El edil ha reconocido que es "muy difícil" que exista "unanimidad", pero se sigue "adelante" hacia la implantación de esta medida. También ha señalado que en algunos casos se plantean problemas legales, como por ejemplo en Porrúa, donde se ha pedido su instalación en un terreno privado de uso público, por lo que se tiene que estudiar.

Arasti ha reiterado que la intención del equipo de gobierno es que esta medida "no enfrente a nadie" y por ello se quiere desarrollar "con tranquilidad y bien", por lo que no hay plazos para su implantación, que no se llevará a cabo hasta que no estén "todos los flecos resueltos" y se cuente con el consenso de los vecinos, ha reiterado.

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