Con Valor de ley, Ethan y Joel Coen han conseguido otra vez (y ya van unas cuantas) una de las mejores películas del año, y no termina ahí la cosa, porque también tenemos claro que pasará a engrosar la lista de clásicos de la historia del cine.

Aunque se trate de una adaptación —la segunda que ejecutan los hermanos tras el remake no muy logrado de El quinteto de la muerte, de Alexander Mackendrick—, se nota que esta vez los Coen han trabajado en su salsa y logran, si no ya superar, sí mantener el nivel de la primera versión cinematográfica y darle su propio sello.

Convertida en la cinta más taquillera de la pareja de realizadores en Estados Unidos, Valor de ley versiona la película del mismo título dirigida en 1969 por Henry Hathaway y protagonizada por el mítico John Wayne. Considerada una de los mejores wésterns de su época e inspirada a su vez en un libro de Charles Portis, esta nueva versión se mantiene fiel al manuscrito y aporta una novedad frente a la cinta de Wayne: la historia está contada desde la perspectiva de su joven protagonista, Mattie Ross. Ella es una niña de 14 años (magníficamente interpretada por la debutante Hailee Steinfeld) demasiado madura para su edad, que busca vengarse del asesino de su padre. Sin embargo, su sed de venganza no es irracional (no se trata del diente por diente tan presente en la mayoría de las películas del Oeste), sino que responde a su afán por lograr lo que ella considera justo.

Para conseguir su objetivo se valdrá de la ayuda de Rooster Cogburn, un viejo tuerto, alcohólico y pendenciero, experto en aplicar la ley a su manera a cambio de dinero. Este personaje pone otra vez en el punto de mira las magníficas dotes interpretativas de Jeff Briges, al que los Coen regalan otro papelón treces años después de El gran Lebowski. Un hermoso retrato sobre la amistad y la lealtad que unirá a dos personajes tan dispares para el resto de su vida.

VALOR DE LEY. EE UU, 2010 / Dir.: E. y J. Coen / Int.: Jeff Bridges, Matt Damon / Estreno: 11 febrero