El candidato del PSOE a la Alcaldía de Valladolid, Óscar Puente, ha asegurado que con su propuesta de ejecutar los túneles del soterramiento del ferrocarril mediante muros pantalla, en lugar de con la tuneladora, y con la 'opción B' para el viaducto del Arco de Ladrillo se conseguiría ahorrar "102 millones de euros".

El Pleno municipal extraordinario celebrado a primera hora de esta mañana en el Ayuntamiento de Valladolid ha mostrado de nuevo las diferencias entre el Equipo de Gobierno y los grupos de la oposición, que se han vuelto a intercambiar las culpas del retraso del inicio de las obras del soterramiento.

Puente ha incidido en que el proyecto está "en serio riesgo" por los posibles problemas de financiación, por lo que ha justificado la búsqueda de ideas para reducir el coste total de las obras. Así, recordó su propuesta de ejecutar los túneles mediante el mecanismo de muros pantalla, lo que según su opinión supondría un ahorro del "30 por ciento" sobre el coste previsto para los trabajos con tuneladora.

Así, si según sus datos la obra costará 240 millones de euros en su concepción actual, con los muros pantalla se ahorrarían 72 millones. Además, ha puntualizado que pese a las críticas del alcalde, Francisco Javier León de la Riva, en este sentido, en ningún momento dijo durante su encuentro la pasada semana con arquitectos y urbanistas que se fueran a ahorrar 300 millones.

El portavoz del Grupo Popular, Jesús Enríquez, sin embargo insistió en que Puente cometió un error al referirse a los 300 millones de euros "metido la pata", al igual que en otras ocasiones "desde que ha sido nominado" como candidato socialista a la Alcaldía.

Otra medida de ahorro que volvió a poner sobre la mesa Puente fue la modificación del trazado de las conexiones de tráfico rodado en el entorno del Arco de Ladrillo para sustituir el proyecto de construcción de un túnel de casi un kilómetro de longitud una solución en superficie con sólo dos pequeños túneles de entre 80 y 100 metros de largo, con lo que se pasaría de un coste de 30 millones de euros a sólo 3 millones.

El portavoz 'popular' no ha entrado a valorar estas propuestas, ya criticadas por el alcalde en su rueda de prensa monográfica de la pasada semana, sino que ha reiterado que la culpabilidad de los retrasos en el proyecto corresponde a "los Rodríguez" —en referencia al ex alcalde del PSOE, Tomás Rodríguez Bolaños; la ex concejal y actual secretaria de Estado de Cooperación, Soraya Rodríguez; y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero—, así como a "un Puente que lleva a ningún sitio", en alusión al candidato socialista.

En este sentido ha reprochado que Rodríguez Bolaños dejó la Alcaldía en 1995 "sin una sola peseta comprometida" para el proyecto del soterramiento, y que Soraya Rodríguez retrasó la operación con la decisión "partidista" de optar por la opción B de la variante de mercancías y "levantar un nuevo muro dentro de la ciudad".

"pella de 200 MILLONES"

En cuanto a Rodríguez Zapatero, ha insistido en que acumula "una pella de 200 millones de euros" en la financiación de las obras, pues de los 144 millones de euros comprometidos en el convenio del soterramiento, según Jesús Enríquez, el Estado debe aún 92. Además, a causa de que el Ministerio de Fomento "no quiso avalar" la petición del crédito de 600 millones de euros, sólo se podrá firmar una operación con 400 millones y, por último, la Sociedad Valladolid Alta Velocidad tiene que adelantar 59 millones para ejecutar las obras del complejo ferroviario de los talleres y acudir "al auxilio del empleo".

A este respecto, el portavoz del Equipo de Gobierno ha reprochado a Puente que "si hubiera reclamado a su partido que cumpliera con los acuerdos" las obras del soterramiento podrían haber empezado ya a ejecutarse. El candidato socialista ha criticado que el Grupo Popular haya situado a Enríquez para defender su postura en lugar de a "uno de los tres ediles que participan en la Sociedad" como el propio alcalde, y los concejales Manuel Sánchez y Alfredo Blanco.

No obstante, Óscar Puente ha reclamado al Grupo Popular que "no siga mintiendo" y que tomen conciencia de que el proyecto está "en peligro". Así, ha mostrado sus deseos de que el crédito de 400 millones aprobado hace dos semanas en el Consejo de Administración de la sociedad ya esté concedido.

En términos parecidos se ha manifestado también el portavoz de Izquierda Unida, Alfonso Sánchez, que ha censurado que el alcalde y su Equipo de Gobierno "no ha sabido buscar una mejor forma de financiación a parte de la venta de pisos". De hecho, ha aventurado que con otras alternativas económicas las obras ya estarían "hechas".

En este sentido, ha considerado que según los estudios urbanísticos se debería afrontar en primer lugar la obra de la nueva estación y el soterramiento, para posteriormente iniciar la urbanización de los terrenos que queden liberados y poder obtener dinero de su venta. Sin embargo, ha advertido de que el diseñador del proyecto sobre superficie, Richard Rogers, "ha desaparecido", y de que se han urbanizado áreas en los límites de este futuro espacio, como la Ciudad de la Comunicación o Las Norias, "sin aportar nada".

Por otro lado, ha abogado por "parar un momento y repensar el proyecto para tomar impulso" y aportar la información a los ciudadanos, por que, ahora desconoce si deben "hacer caso" al alcalde cuando dice que el soterramiento comenzará en 2014 o al secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán, que hace dos semanas señaló que no le gusta la "ciencia ficción" al hablar de fechas. 'IMPEACHMENT'

En su primera intervención, el portavoz Jesús Enríquez trató de defender al regidor vallisoletano del "impeachment" al que, a su juicio, le quiere someter el Grupo Socialista, y ha recalcado que ha cumplido sus cuatro compromisos. Se trata de constituir la Sociedad, modificar los planeamientos urbanísticos en el PGOU y el PECH, "conseguir plusvalías en el traslado de la estación de autobuses" y ceder el suelo para el nuevo complejo ferroviario, lo que además se consiguió sin coste para las arcas municipales.

Por su parte, Óscar Puente se quejó de las malas condiciones en las que se ha celebrado este debate, con los mismos turnos de intervenciones que una moción de un Pleno ordinario y a una hora —las 8.30 de la mañana— con la que a su juicio el alcalde busca una mínima repercusión ciudadana. Posteriormente, se ha enzarzado con Enríquez en un cruce de opiniones sobre la hora a la que comienzan a trabajar el candidato y el alcalde.