Garau niega un "despilfarro" en la gestión del IMAS y dice que las pulseras electrónicas son para mejorar la seguridad

El conseller de Bienestar Social y presidente del Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS), Jaume Garau, ha negado que se esté realizando "un despilfarro" con los recursos de esta entidad, dependiente del Consell de Mallorca, y ha asegurado que la incorporación de un sistema de alarmas "por ondas" en la residencia Bonanova responde a la necesidad de mejorar la seguridad de los usuarios y de renovar el material obsoleto.

El conseller de Bienestar Social y presidente del Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS), Jaume Garau, ha negado que se esté realizando "un despilfarro" con los recursos de esta entidad, dependiente del Consell de Mallorca, y ha asegurado que la incorporación de un sistema de alarmas "por ondas" en la residencia Bonanova responde a la necesidad de mejorar la seguridad de los usuarios y de renovar el material obsoleto.

El Grupo Popular del Consell ha presentado durante el pleno de este jueves una interpelación para pedir explicaciones sobre la gestión del IMAS. El portavoz de los 'populares', Fernando Rubio, ha defendido esta iniciativa después de las quejas recibidas por parte de sindicatos y trabajadores acerca de la instalación del nuevo sistema de alarmas, la renovación de material "válido" en la residencia Bonanova y el cierre de plazas residenciales, entre otras cuestiones.

Respecto al nuevo sistema de alarmas por ondas, Garau ha explicado que, desde 2001, la normativa obliga a instalar en las habitaciones de los centros residenciales sistemas de alarma para que los usuarios puedan avisar al personal en caso de necesidad. Así, ha señalado que las habitaciones de la Bonanova disponían de unos dispositivos de alarma instalados por cable.

Sin embargo, estos dispositivos habían quedado obsoletos y comenzaban a fallar, por lo que ya era necesaria su renovación. Garau ha indicado que la reposición de estos dispositivos por cable tenía un coste de unos 500.000 euros, mientras que el presupuesto de otros más innovadores que funcionan "por ondas" se reducía a unos 200.000 euros y tenían más prestaciones.

Por ello, convocaron una oferta pública y se contrató a una empresa catalana que instaló el sistema por ondas por un total de 190.000 euros. Garau ha remarcado que este sistema consta, además de las alarmas que se colocan en las habitaciones, de unas pulseras que se colocan a los usuarios y con las que pueden avisar al personal de la residencia.

Estas pulseras están programadas también para que cuando la persona que la lleva sobrepasa un determinado perímetro salte una alarma para evitar que las personas con demencia senil puedan abandonar el centro y perderse.

Asimismo, también incluye 50 tarjetas electrónicas que deben portar los trabajadores de la residencia para que, en caso de que un usuario precise de asistencia, se pueda localizar a la persona que esté más cerca para acudir a auxiliarle.

Estas tarjetas han provocado las quejas de los trabajadores y de sindicatos, que han llegado a tildar la residencia de "Big Brother" al considerar que la finalidad de estos dispositivos es tener controlado al personal.

Garau ha insistido en que la incorporación de este material tiene una finalidad positiva, si bien también ha reconocido la posibilidad de que se pueda hacer "un mal uso" del mismo. En cualquier caso, ha subrayado que la intención del IMAS no es de ninguna manera controlar a sus trabajadores, sino que los usuarios estén "satisfechos".

El IMAS ha adquirido un total de 400 pulseras y en estos momentos ya se utilizan unas 140. No obstante, en la residencia Bonanova hay unas 350 personas "muy dependientes", por lo que consideran que se utilizarán más.

Garau ha matizado que las pulseras han tenido un coste 32.000 euros, lo que supone tan solo el 16% de los 190.000 que ha costado todo el sistema de alarmas.

Mobiliario obsoleto

Rubio también ha pedido explicaciones a Garau por la supuesta sustitución de mobiliario en buenas condiciones de la residencia Bonanova por otro "no homologado". Al respecto, el conseller de Bienestar Social ha dicho que en los últimos años se ha ido retirando una gran parte del material "obsoleto" y que ahora se han quitado algunos muebles más, si bien ha puntualizado que eran cosas "pequeñas".

Por otra parte, el portavoz del PP ha informado de la queja de una trabajadora social de la residencia Bonanova a la que supuestamente se le ha designado como tarea el cuidado de unos gatos que rondan por las cercanías del centro.

Sobre este asunto, Rubio ha afirmado que se han instalado en la residencia "camas" de madera para que los gatos puedan dormir allí, al tiempo que se les alimenta y se les desparasita. Garau ha dicho al respecto que desconoce este asunto, aunque ha afirmado que a los mayores les gustan los gatos y no quieren que se vayan.

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