El Tribunal Supremo ha anulado la multa de 60.001 euros que el Gobierno de Cantabria impuso en el año 2006 a una ganadera por la manipulación de los crotales de sus reses. La sanción suponía además cinco años de inhabilitación para la obtención de ayudas.

En concreto, en una sentencia recogida por Europa Press, la Sala de lo Contencioso-Administrativo de este órgano da la razón a una ganadera que alegó que las reses habían sido robadas, por lo que la manipulación se pudo producir en ese momento sin ser responsabilidad de ella.

La existencia de la manipulación de los crotales (la identificación que se coloca a las reses en la oreja para evitar fraudes o problemas sanitarios) fue confirmada en una prueba pericial judicial, que comprobó que en un caso se había cortado y pegado con cola o pegamento, y en el otro la alteración era "más burda", pues directamente se había sustituido parte de este componente por el de otro crotal.

Ambas reses desaparecieron en agosto de 2004, y el Supremo entiende que fue en ese lapso cuando se pudo producir la manipulación.

Pero además, señala como circunstancia "decisiva" que cuando fueron robados, los animales estaban ya bajo la tutela del Gobierno de Cantabria, que se había incautado de ellas después de que apareciera fuera de los terrenos de su explotación, en la zona de Puente Nansa.

Y fue la Administración quien, tras recuperarlas, apreció la manipulación. Las reses acabaron siendo sacrificadas.

El Supremo incide en que la manipulación de los crotales se produjo bajo la tutela del Gobierno a quien, en consecuencia, reprocha que pudo incurrir en "negligencia" respecto a sus labores de vigilancia.