En apenas unos meses, los componentes del colectivo artístico de Ink & Movement (IAM) ya han cortado el tráfico en plena Regent Street londinense y han pintado sobre el mobiliario de unas oficinas en desuso en el centro de Berlín, además de exponer en Barcelona, Nueva York o en las inmediaciones del Centro Pompidou de París. Nuevos modos, temáticas y soportes para el arte urbano.

Entre ellos se encuentra 3ttman (Lille, Francia, 1978) se denomina a sí mismo «Agitador de Medio Ambiente» y considera que «hace ya tiempo que las instituciones están dando voz a gente que lleva años trabajando en la calle. Esas iniciativas son de agradecer porque así se reconoce el trabajo de mucha gente. Por ejemplo, IAM permite desarrollar otra faceta artística que va más allá del grafiti, porque lo que hay que tener claro es que el grafiti se queda y se tiene que quedar en la calle», explica.

«Si el artista sólo crea una obra con la pretensión de que sea admirada o comprada, ¿dónde está la esencia entonces? Creemos también en un arte que no siempre esconda esas pretensiones, que a veces actúe sin derechos de autor», apunta Óscar Sanz, responsable de la agencia de tendencias especializada en arte urbano Pluralform, que impulsa esta iniciativa y que confía a su vez en las oportunidades que se abren a los creadores al presentarse en espacios profesionales.

La intención final es, en definitiva, una transición del entorno natural y efímero de la calle hacia espacios más convencionales, demostrando «que el arte urbano es ya adulto» y aportando a la vez algo nuevo a un universo ajeno, adaptándose a él pero sin caer en los vicios del arte mercantil.

Okuda (Santander, 1980), además de autor de grafiti desde hace 13 años, dedica parte de su tiempo al diseño gráfico y es otro de los impulsores de este proyeco, con el que se pretende también «dar al grafiti un tratamiento de seriedad que muchas veces no encuentra». También han formado o forman parte del colectivo Nano4814 y San.

Más allá de los muros

El salto a la galería llegó como una necesidad de contar y crear cosas que trasciendan lo que es un muro, a partir de nuevos soportes y de nuevos formatos. En el caso del santanderino fue la de comenzar a plasmar sus creaciones en lienzos y telas para reflejar temas como el conflicto entre lo natural y lo artificial, o la supremacía del ego del ser humano frente a los animales o su tendencia a la autodestrucción. Así lo hizo en una de sus primeras instalaciones para IAM, cuyo nombre también hace referencia a ese omnipresente Yo, además de a la tinta y al movimiento con el que se pinta un muro.

El cambio de formatos conlleva nuevas temáticas, y una muestra perfecta de ello es la obra de Spok (Madrid, 1978). Licenciado en Bellas Artes y reconocido internacionalmente, ha presentado dentro del proyecto IAM sus trabajos hechos sobre un caballete, con pincel y acrílico. Son piezas que forman parte de una misma serie en la que combina paisajes urbanos modernos con referencias a las pinturas rupestres o al arte neoclásico, como El rapto de las sabinas.

Para Spok, quien asegura haber pasado de la calle a una escena más heterogénea por la necesidad de dar un paso más en su universo creativo, «un cuadro es un proceso conceptual muy diferente, te obliga a plantearte más el juego del arte», lo que se traduce en muchos casos en «desarrollar en ellos herramientas más académicas e historias más personales».

Del ego al mundo

Escritores, la traducción del inglés writers con las que se denomina a los autores de grafiti surge precisamente de la individualidad con la que nació esta disciplina en las calles neoyorquinas: la intención de escribir un nombre propio sobre una pared. Algo con lo que no comulga este eventual colectivo. Óscar Sanz defiende que «aunque es cierto que el arte urbano español se ha convertido en referencia en los últimos cinco años, junto al de Brasil, Francia, Alemania y Estados Unidos, probablemente no existan naciones, sino artistas». De ahí la necesidad de IAM de evolucionar a través del viaje.

En una de sus últimas citas, celebradas este verano en Berlín con la colaboración de la Embajada española y el Ministerio de Cultura, se marcó la tendencia de futuro de IAM: nutrirse del arte local. Por ello incorporó a la muestra el trabajo de Satone, ilustrador y artista de origen venezolano instalado en Munich con el que Okuda y Spok intercambiaron impresiones sobre una de las paredes del espacio expositivo.

«Desde luego, si hay una cosa que mola del arte urbano actual es que hay un intercambio y un movimiento entre gente de diferentes países muy fluido y enriquecedor —asegura 3ttman—. La escena española es bastante activa al respecto. Creo que esto tiene que ver con la propia forma de vida del país, con la costumbre de socializar y divertirse en las calles, mucho más que en Francia, por ejemplo. Eso es una de las cosas que más le favorecen».

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