Así lo ha precisado el delegado provincial de Medio Ambiente, José Castro, durante la entrega, este jueves, de las diez últimas resoluciones concedidas en 2010 a varias asociaciones que realizan trabajos de conservación de flora, fauna y geodiversidad.

"La entrega y el esfuerzo discreto de los beneficiarios de esta convocatoria, que incentivan la participación social por medio de acciones que redundan en la conservación de nuestro patrimonio natural y de las que, en muchas ocasiones, surge el punto de partida de las políticas de la Consejería de Medio Ambiente", ha destacado.

En esta última edición, la Consejería de Medio Ambiente ha prestado un apoyo económico a entidades que impulsan la conservación de agrosistemas como la que realiza SEO para mantener la variedad de aves que se localizan al calor de la actividad agrícola, la conservación de manantiales y fuentes; la educación ambiental vinculada a la preservación del quebrantahuesos que desarrolla la Fundación Gypaetus; la recuperación forestal de zonas degradadas siempre ligada a la sensibilización social como la que desde el inicio de este programa de ayudas lleva a cabo la asociación ecologista Guardabosques de Jódar y la constante labor de conservación en Jaén del cernícalo primilla que desarrolla Ecologistas en Acción.

El delegado ha valorado los logros de algunos colectivos que se benefician de estas subvenciones, como es el caso de los grupos de espeleología de Valdepeñas de Jaén y Villacarrillo. En este último caso, su labor incansable de catalogación de recursos geológicos de la provincia les ha llevado incluso a realizar importantes hallazgos naturales como el descubrimiento por parte de los biogeólogos de una nueva especie de insecto única en el mundo llamada Protonemura gevi, con características adaptativas al medio subterráneo.

También es reseñable el trabajo que la asociación Camino Sierra Morena desempeña en la divulgación de los valores del Parque Natural Sierra de Andújar entre los visitantes que cada año acuden a la romería de la Virgen de la Cabeza, a los que se les pide a través de una campaña específica que respeten el entorno protegido refugio de especies en peligro de extinción como el buitre negro, el lince ibérico o el águila imperial durante la celebración religiosa.