Use Lahoz relata en su nueva novela la vida de personajes rurales de posguerra que pierden inocencia para ir a la ciudad

Busca "transmitir experiencias de la vida en la que te puedas ver reflejado" y no descarta ofertas de TV para adaptar sus novelas
Use Lahoz narra la versión barcelonesa de la familia Alcántara de Cuéntame en su
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El escritor Use Lahoz relata en su nueva novela, 'La estación perdida' (Editorial Alfaguara), la vida de personajes rurales en tiempos de la posguerra española que "pierden la inocencia", porque que "no les queda nada en el pueblo y para salir adelante tienen que irse a la ciudad".

En un encuentro con periodistas, el autor de 'Los Baldrich' argumenta que los personajes de la novela son "gente humilde, que sus padres no les pueden pagar los estudios, no van de Erasmus ni tres meses en verano a Londres para aprender inglés". En definitiva, es una generación "sin oportunidades y yéndose a la capital no pierden", porque "no tienen de nada y se van movidos por la ilusión de poder ganar algo".

Este hilo narrativo es el que sigue 'La estación perdida', cuyos protagonistas, Santiago Lasanc y Candela Paz, encuentran el amor, el abandono, la identidad, la pérdida, la locura, los sueños, la inocencia o la inconsciencia. Así, Santiago es un loco soñador que se enfrenta a la pérdida de su infancia, mientras que Candela es una ingenua y mujer de un sólo hombre.

Al respecto, Lahoz describe que el protagonista "sufre mucho por la identidad robada", de manera que "el trastorno emocional es importante al verse sacudido por una noticia inesperada que hace que cambie su personalidad y pase a ser más frágil", motivado ello porque a los 18 años descubre que su apellido verdadero es otro.

Por su parte, Candela es un personaje "homenaje a la madres solteras de los 70, trabajadoras, que sacaron adelante a sus hijos sin reconocimiento en una época en la que no había ayudas de ningún tipo", esas madres que, a juicio del autor, "le han dado a sus hijos las oportunidades que ellas no tuvieron, se han entregado por ellos y han hecho incluso bueno a sus maridos", por ello, "merecen toda la dignidad y admiración".

En este sentido, Candela también es un personaje que proviene de un pueblo rural, en el que en la posguerra nadie le explicaba a las mujeres lo que era el sexo, el amor, ni lo que se podían encontrar al salir del pueblo, porque, tal y como explica Lahoz, "estaban educadas para servir y los hombres para trabajar desde los doce o trece años". Ante esta circunstancia, "la mujer es ingenua, y esa ingenuidad Candela no la pierde", algo de lo que trata de aprender el autor, quien reseña que "Santiago sí pierde la ingenuidad porque le roban la infancia".

Al hilo de ello, señala que construye a Santiago a partir de una de sus frases favoritas de Albert Camus: 'El sol que iluminó mi infancia me privó de todo resentimiento', "creo que no hay mejor frase para definir la inocencia de la infancia", destaca Lahoz, que resalta que "es un personaje construido a partir de ahí que siempre vivirá obsesionado por ese sol que brilló en su infancia y nunca tendrá resentimiento de nada", eso sí, "se equivocará mil veces pero no matará a nadie".

Mientras que para crear a Candela, el autor se fija en el personaje de Colometa de 'La plaza del diamante' (Mercé Rodoreda), "cuando decide acabar con la vida de sus hijos y la suya propia", momento que describe Lahoz como "la primera vez que lloré por algo que no es verdad, y en el que descubrí la fascinación por la literatura y por los personajes de verdad".

"buscar la felicidad en las pequeñas cosas"

De este modo, la novela conjuga el tema de la identidad, junto con el amor, la infancia, la muerte, el dinero y el viaje, y sus personajes "buscan su lugar en el mundo y la felicidad en las pequeñas cosas", que, a juicio de Lahoz, "es lo que les hace grandes" en un novela nada "pesimista" en la que "hay mucho humor y la emigración permite hacer la comedia humana de gente que va y viene, con cambios sociales y tecnológicos, encuentros y desencuentros", sostiene el autor.

Así, en la obra utiliza la España de la posguerra para "arrancar las historias", una época de la que se aprovecha el autor por ser "muy útil por los cambios a los que se enfrentan los personajes". Además, parte para ello de un pueblo rural, Valdecádiar, porque así "los personajes se enfrentan de otro modo a los descubrimientos, con mayor inocencia".

En concreto, según detalla Lahoz, "de pequeño durante 15 años fui a veranear a un pueblo con mis abuelos, era un pueblo perdido que no salía en los mapas y que había que ir con caballos, porque no llegaban ni autobuses". Ahí está el germen de Valdecádiar, "un pueblo que no existe, pero que si no hubiera veraneado allí no hubiera adquirido conocimientos del campo" y de sus vivencias, imaginación y de ciertas lecturas como 'El Camino' de Miguel Delibes, elabora esta novela.

De este modo, Lahoz hace una novela de homenaje "a la infancia y a la inocencia", pues "viene bien que los personajes crezcan en el entorno rural muy feliz, con necesidades, pero sin ser conscientes de ellas y dispuesto a enfrentarse al mundo nuevo que le espera lejos del pueblo".

Un pueblo, Valdecádiar, no parecido en nada a los de ahora que "han cometido la estupidez de pintar las casas que antes eran de piedras, han asfaltado las calles, no hay agua en los ríos y hay móviles e Internet, aunque sigue habiendo un bar, eso no ha cambiado", celebra el autor, quien manifiesta que "la gente de pueblos ha pasado muchas necesidades y ha procurado modernizarse", de manera que "hay muchas casas que las intentan construir y decorar como un piso de ciudad, por tanto no es lo mismo que la época de Valdecadiar en 1945, cuando en las casas no había lavabos e ibas al corral". Aparte de eso, "había tiendas y ahora en muchos pueblos no hay tiendas y tienes que ir con un coche al pueblo más grande que esté cerca".

Le abre la puerta a la televisión

Por otra parte, preguntado sobre la posibilidad de llevar a la pequeña pantalla sus novelas 'Los Baldrich' o 'La estación perdida', Lahoz confiesa que "escucharía todo tipo de ofertas para llevarlos a una serie", en referencia a otras como 'Cuéntame' o 'Amar en tiempos revueltos' de TVE.

Cabe destacar que 'La Estación perdida' comparte escenografía con 'Los Baldrich', son "complementarias" y tienen personajes de distinta clase social, pero "con el denominador común, que buscan la felicidad", apostilla Lahoz, un autor que reivindica "la novela que cuenta una historia y cuya gran ambición es construir personajes que queden en la memoria del lector y transmitir una experiencia de la vida en la que te puedas ver reflejado".

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