Cuatro ciudadanos egipcios se queman a lo bonzo para protestar por la situación del país

  • Estos sucesos se producen un día después de que otro ciudadano se quemara frente a la sede del Parlamento en protesta por el cierre de su negocio.
  • Protestas similares se extienden a otros países árabes como Argelia y Mauritania.
  • El Gobierno egipcio dice que el presidente Hosni Mubarak apoya a los más pobres.
Un grupo de egipcios se manifiestan frente a la embajadas de Túnez en El Cairo para mostrar su apoyo al pueblo tunecino y felicitarles por el abandono del país de Ben Alí.
Un grupo de egipcios se manifiestan frente a la embajadas de Túnez en El Cairo para mostrar su apoyo al pueblo tunecino y felicitarles por el abandono del país de Ben Alí.
Mohamed Ali / EFE
Un grupo de egipcios se manifiestan frente a la embajadas de Túnez en El Cairo para mostrar su apoyo al pueblo tunecino y felicitarles por el abandono del país de Ben Alí.

En los últimos dos días, Egipto se ha visto conmocionado por la noticia de que varios de sus ciudadanos se han prendido fuego voluntariamente para protestar por la situación económica del país y sus malas condiciones de vida, al estilo de las protestas que se están sucediendo en otros países árabes, como Túnez, Argelia y Mauritania.

Cuatro ciudadanos egipcios -un abogado, un jubilado, un parado y un mecánico- se quemaron este martes a lo bonzo en El Cairo, Alejandría e Ismailiya, para protestar por el funcionamiento de la Administración, la Policía y la política laboral del Gobierno.

Según informaron fuentes de seguridad, al menos tres de las víctimas padecían trastornos psicológicos.

No obstante, el Gobierno egipcio descarta que la crisis que vive Túnez vaya a afectar a Egipto e insiste en que el presidente Hosni Mubarak apoya a los más pobres y que la prioridad del Gobierno es elevar la calidad de vida de los ciudadanos.

En El Cairo, un abogado egipcio identificado como Mohamed Faruk Mohamed Hasan, de 50 años, fue a la sede del Gobierno para denunciar que la Policía egipcia no había hecho lo suficiente para dar con el paradero de su hija, desaparecida hace tres meses.

Allí, Hasan se prendió fuego y varios agentes intervinieron para sofocar las llamas. Hasan fue trasladado al hospital de Munira, cerca al lugar del suceso, junto a un agente de Policía que le socorrió y que presentaba síntomas de asfixia. Las fuentes no ofrecieron detalles del estado de salud de los afectados.

Sin embargo explicaron que las investigaciones han revelado que Hasan sufría un desequilibrio mental tras la desaparición de su hija. Hasan se quejaba de que la Policía no había logrado dar con su paradero. Tras el suceso, los cuerpos de seguridad comenzaron la búsqueda de la hija de Hasan, agregaron las fuentes.

Sin cobrar la pensión

También en la capital egipcia, un jubilado de 60 años, Sayed Ali al Sayed, se prendió fuego frente a la sede del Parlamento, a un centenar de metros de la sede del Gobierno, en la capital egipcia.

Al Sayed, que se quejaba de no haber cobrado la pensión, sufrió quemaduras leves al intentar quemarse a lo bonzo y fue ingresado también en el hospital de Munira.

En la ciudad mediterránea de Alejandría, un joven parado de 25 años e identificado como Ahmad Hashem al Sayed, se quemó en el tejado del edificio donde vivía, en el barrio de Al Muntaza. El joven, licenciado en Derecho y que llevaba tiempo buscando trabajo sin éxito, falleció horas después a causa de las quemaduras, que sufría en el 75% del cuerpo.

La última víctima de este martes fue un mecánico de 35 años identificado como Tarek Mohamed al Gadafi, quien se quemó a sí mismo en la ciudad de Ismailiya, situada en el Canal de Suez, al parecer porque había sido llamado a comparecer ante la Policía.

Estos cuatro sucesos se producen un día después de que otro ciudadano se quemara frente a la sede del Parlamento, en el centro de la capital egipcia, para protestar por el cierre de un restaurante que poseía en la provincia de Ismailiya.

La protesta de quemarse vivo se extiende

El joven informático tunecino Mohamed Bouazizi se prendió fuego para protestar por la falta de perspectivas para los jóvenes y la corrupción. Las manifestaciones posteriores desembocaron en el derrocamiento del régimen autocrático del presidente Zine al Abidine Ben Alí y ahora el ejemplo de Bouazizi, muerto el 4 de enero y convertido en símbolo de la revuelta, ha cundido en otros países del entorno como Egipto, Mauritania y, especialmente, Argelia, donde son ya cuatro los hombres que se han quemado a lo bonzo para protestar por los mismos motivos.

"Túnez es ahora el modelo a seguir para todos los árabes. La época de los dictadores y las dictaduras ha terminado", sostiene el analista político y profesor de Políticas en la Universidad de Argel, Mohamed Lagab, en declaraciones a Reuters.

El fenómeno ha encontrado un eco especial en Argelia, donde nunca antes se había dado esta forma de protesta. Un total de cuatro personas se han rociado con gasolina y se han prendido fuego en distintos puntos del país.

El último caso se produjo el domingo, cuando un desempleado de 34 años, llamado Senuci Tuat, se derramó gasolina y se prendió fuego en la parte inferior de su cuerpo para protestar contra las malas condiciones de vida delante de la sede de las fuerzas de seguridad en la Wilaya (provincia) de Mostaganem.

En Nuakchot, la capital de Mauritania, un empresario de unos 40 años procedente de una familia rica, Yaghoub Ould Dahoud, se ha prendido fuego delante del palacio presidencial. Su objetivo era protestar contra el presunto maltrato por parte del Gobierno hacia su tribu, según han informado fuentes policiales.

Ould Dahoud protestaba por "la situación política del país y por la ira contra el régimen". El hombre fue trasladado inmediatamente a un hospital, donde se está ingresado en la unidad de cuidados intensivos debido a las graves quemaduras que sufre, aunque los médicos afirman que su vida no corre peligro.

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