El Banco Popular ha entrado a formar parte de las tres cámaras europeas de contrapartida, de Londres, París y Francfort, junto a otros bancos internacionales, con el fin de asegurar su liquidez a corto plazo, informaron a Europa Press fuentes financieras.

El banco que preside Ángel Ron tiene acceso a liquidez de operaciones 'repo' o cesiones temporales de activos para captar fondos a plazos que abarcan desde un día a un año y a un tipo de interés que puede oscilar desde el 0,35% diario al 1% anual.

Las cámaras de contrapartida centralizada actúan como garante de las operaciones que se realizan entre las entidades financieras, lo que minimiza riesgos y estimula las inversiones, ya que la propia cámara exige garantías a las entidades que intervienen en la operación.

Las operaciones que se realizan a plazos diferentes a diario en estas cámaras de contrapartida europeas pueden alcanzar los 10.000 millones de euros.

Realizar esta operativa típica del mercado de deuda pública anotada en España a través de las cámaras de contrapartida dinamiza los mercados y ha permitido a las entidades españolas compensar la falta de liquidez, al generar más confianza en los inversores.

Santander Totta, BNP Paribas, Credit Agricole, Fortis Bank, Goldman Sachs, JP Morgan y HSBC France son algunos de los bancos internacionales miembros de LCH Clearnet junto a Banco Popular que operan con bonos españoles.

Además de esta cámara de contrapartida, con versiones inglesa y francesa, Popular opera desde hace días en la alemana Eurex, lo que convierte a la entidad que preside Ángel Ron en la primera entidad española en formar parte de las tres.

Por su parte, Banesto opera desde el pasado mes de diciembre en la cámara de contrapartida de Londres, donde también está presente Caja Madrid, que a su vez es miembro de Eurex.

Los expertos prevén que los volúmenes que circulan a través de estas cámaras de contrapartida sean cada vez mayores por el menor riesgo que presentan y la cada vez mayor cerrazón de los mercados mayoristas, que no cuentan con este tipo de intermediarios.

La creciente actividad de las cámaras de contrapartida se produjo a partir de mayo y junio del pasado año, meses en los que la crisis de deuda soberana de Grecia despertó los recelos de algunos inversores respecto a las emisiones de deuda pública y privada con sello españól.

"Los inversores internacionales decidieron que invertir en papel español a través de entidades españolas era un riesgo inasumible y desaparecieron del mercado", explicó un experto, que no vislumbra una mejora en el acceso a la liquidez de los mercados mayoristas en los próximos meses.