La empresa especializada en procesos de fabricación de forja, Gerdau Sidenor Forjanor, ha realizado a lo largo del 2010 un total de 15 nuevas contrataciones en Villalba (Madrid), lo que supone un incremento del 10 por ciento de la plantilla respecto al año anterior.

Según han informado desde la empresa, que tiene una factoría en Reinosa (Cantabria), estas nuevas incorporaciones, que en su mayoría se han realizado durante el último trimestre del año, responden, por un lado, a un aumento de la demanda de los clientes del sector de automoción de la compañía y, por otro lado, a la instalación de una nueva línea de producción.

Gerdau Sidenor Forjanor está especializada en procesos de fabricación de forja automática y vertical en caliente, extrusión en frío, y forja horizontal en caliente.

Asimismo, fabrica una gran variedad de piezas con destino a la industria del automóvil. La empresa, ubicada en Villalba, en las cercanías de Madrid, viene desarrollando su actividad desde hace más de medio siglo, teniendo como clientes a los principales fabricantes mundiales del automóvil.

Gerdau Sidenor cuenta con nueve plantas productivas en Euskadi, Cantabria, Madrid y Barcelona. La capacidad de producción supera el millón de toneladas al año de aceros especiales, destinados principalmente a la fabricación de automóviles, maquinaria y bienes de equipo, construcción naval y civil, defensa, energía, minería y sector petroquímico.

Además, posee uno de los mayores centros de I+D del sector siderúrgico de Europa que desarrolla avances tecnológicos para la optimización de sus procesos y productos.

Gerdau sidenor

La empresa es líder en la producción de aceros largos en el continente americano y una de las mayores proveedoras de aceros largos especiales del mundo.

Posee también más de 40.000 colaboradores y presencia industrial en 14 países, con operaciones en los continentes americano, europeo y asiático, que suman una capacidad instalada superior a 25 millones de toneladas de acero.

Además, la empresa es la mayor recicladora de Latinoamérica y, en el mundo, transforma, anualmente, millones de toneladas de chatarra en acero.