Acusado de asesinar a bastonazos a un conocido dice que todo fue fruto de una discusión por drogas

El considerado como autor material de la agresión que produjo el fallecimiento de un hombre el pasado 5 de noviembre de 2008 tras una pelea en el interior de un bar de la capital granadina ha reconocido este lunes ante el jurado popular que lo enjuiciará durante toda la semana que le asestó varios golpes con un bastón de madera aunque ha señalado que aquel día iba muy bebido y había ingerido grandes cantidades de cocaína. A pesar de que ha afirmado que no recuerda los detalles en los que se produjo el incidente, ha relatado que profirió el ataque tras una discusión con el ya difunto por drogas, aunque "sin intención" de causarle la muerte.

El considerado como autor material de la agresión que produjo el fallecimiento de un hombre el pasado 5 de noviembre de 2008 tras una pelea en el interior de un bar de la capital granadina ha reconocido este lunes ante el jurado popular que lo enjuiciará durante toda la semana que le asestó varios golpes con un bastón de madera aunque ha señalado que aquel día iba muy bebido y había ingerido grandes cantidades de cocaína. A pesar de que ha afirmado que no recuerda los detalles en los que se produjo el incidente, ha relatado que profirió el ataque tras una discusión con el ya difunto por drogas, aunque "sin intención" de causarle la muerte.

José Ignacio P.C., alias 'Capi', se enfrenta a un total de 17 años de prisión por un delito de asesinato, al igual que otro hombre que lo acompañaba, José Carlos G.P., llamado habitualmente 'Carlos', que ha mantenido ante el tribunal que aquella madrugada no tuvo participación alguna en la pelea entre los dos implicados, con los que intentó mediar para evitar la agresión.

En la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Granada, el primero de los procesados, de profesión informático, ha explicado que padece diabetes, enfermedad para la que no toma medicación, que sufre desde años una adicción al alcohol que le ha provocado problemas de trabajo y familiares, y que además consume de manera habitual los fines de semana cocaína.

En esas circunstancias, a veces padece "lagunas" por las que olvida lo que ha hecho y cómo ha llegado a un determinado lugar. Es lo que le ocurre al intentar recordar lo que pasó aquella madrugada del 5 de noviembre de 2008, cuando, tras ingerir varios litros de cerveza y algunas copas, se dirigió a la casa de su amigo 'Carlos', el otro inculpado, con el objetivo de seguir visitando algunos bares de la ciudad.

Del domicilio de su amigo, ha relatado, cogió un bastón de madera porque tenía una fisura en un pie que le impedía andar con normalidad. "En ningún momento", ha dicho, lo cogió con la idea de usarlo de arma contra el que era su conocido, L.C.L., que tenía 42 años, estaba casado y tenía dos hijos de 20 y 21 años en el momento de su muerte.

Según su versión, al llegar al pub Jocker, en el barrio del Zaidín, donde había acudido en otras ocasiones anteriores, se dirigió a la cocina para esnifar "una raya" de cocaína junto con el propietario del local y su amigo, el otro acusado. La droga sobrante la introdujo en el bolsillo de su camisa, a la vista de las personas que se encontraban a esa hora en el pub.

Sin ánimo de darle muerte

En ese momento, inició una discusión con L.C.L., a quien le propinó varios golpes con el bastón. "No tenía intención de acabar con su vida y no fue por un ajuste de cuentas, no teníamos cuentas pendientes ni yo enemistad con él. Éramos sólo conocidos, de vernos en los bares", ha apuntado el acusado, que no recuerda más detalles de lo ocurrido y que ha asegurado que en cuanto su situación económica mejore está dispuesto a resarcir económicamente a la viuda y los hijos del difunto.

El otro acusado, funcionario de prisiones en activo, ha negado haber consumido cocaína aquella noche y ha asegurado que su papel en la discusión fue simplemente la de mediar y que el arma utilizada fue un bastón de su propiedad que su amigo había cogido de su casa. Según ha incidido, tras el primer impacto del bastón, el agredido salió por su propio pie "muy flamenco" del lugar. "Yo estaba más pendiente de que no me dieran a mí que de lo que hacía Capi, yo simplemente no intervine", ha dicho.

La Fiscalía pide para cada uno de los inculpados 17 años de prisión, la misma pena que solicita la acusación particular, que ejerce la viuda y los hijos del fallecido. La defensa de José Ignacio P.C., que lleva el letrado Pablo Luna, ha pedido "frialdad" a los miembros del jurado para valorar el caso, que se produjo, según ha dicho, tras una pelea, que es habitual en bares como el Jocker, en el que "se vende y se trafica con droga".

En su opinión jurídica, 17 años de prisión es demasiado reproche penal para una persona que estuba aquel día afectada por la ingesta masiva de alcohol y drogas, lo que, sumado a la enfermedad de la diabetes, agravó su estado hasta perder por completo la conciencia de la realidad. Por ello, considera que ha de tenerse en cuenta en este caso la eximente completa de trastorno mental transitorio o aplicarle una atenuante que conlleve una pena de dos años y medio de prisión. Por su parte, el abogado de José Carlos G.P., Jorge Maya, ha pedido la libre absolución de su defendido, que no tuvo participación alguna en el incidente.

El juicio continuará este martes con la declaración de los testigos de lo ocurrido y los policías que intervinieron. A lo largo de la semana pasarán por la Sección Primera multitud de testigos y los peritos propuestos por las partes hasta que el juicio quede visto para el veredicto del jurado, que habrá de determinar la culpabilidad o no culpabilidad de los encausados.

Escrito de acusación del fiscal

Según consta en el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que tuvo acceso Europa Press, los procesados conocían al fallecido por haber coincidido con él en distintos bares de Granada, especialmente del barrio del Zaidín, y por tener amigos en común, entre ellos el propietario del pub Jocker, situado en la Avenida de Don Bosco.

"Por motivos que se desconocen", en la noche del 5 de noviembre de 2008, y estando los procesados en la vivienda de un amigo, surgió en ellos "el ánimo de acabar con la vida" de L.C.L., "convencidos de que no sería difícil encontrarle en alguno de los bares frecuentados por ellos", en particular el mencionado pub Jocker.

Para asegurarse el logro de este "común objetivo", los acusados decidieron llevarse del domicilio de su amigo un bastón de madera maciza de gran longitud "con el fin de utilizarlo como instrumento letal" en el ataque contra L.C.L.

En ejecución de dicha "trama", sobre las 2,00 horas del 6 de noviembre entraron en el pub Jocker, donde encontraron, tal y como habían previsto, a L.C.L. en compañía de otras personas, así como el dueño del local. Directamente se acercaron adonde se encontraba y, tras un aparente saludo, iniciaron una "acalorada discusión" en el curso de la cual los inculpados pudieron apreciar que L.C.L. se encontraba "excitado, eufórico, con pérdida de autocontrol y con ralentización de sus reacciones", como consecuencia de la previa ingesta de alcohol y cocaína.

En ese momento, José Ignacio P.C., que portaba el bastón de madera, lo alzó de forma conminatoria y, esgrimiéndolo con fuerza, lo dirigió directamente hacia la cabeza de L.C.L., propinándole al menos dos violentos golpes que le hicieron sangrar abundantemente, todo ello con la intención de dar cumplimiento al plan de los dos acusados.

Los procesados, que no habían desistido de su inicial propósito de matar al ya herido L.C.L., decidieron aprovecharse de su situación de indefensión y evitar que se marchara, fuera socorrido o se recuperara. La víctima sólo gritaba 'Carlos, ayúdame, que estoy sangrando' o 'tíos, os habéis equivocado, no soy yo', mientras que los dos procesados se colocaron cada uno al lado del herido.

Fue entonces cuando José Ignacio P.C. hizo ademán de acercarse a su coche pero se acercó por la espalda del herido y le dio con el bastón de madera de nuevo en un "violentísimo y letal golpe", que determinó que perdiera el equilibrio, impactara sobre el contenedor y cayera "fulminado" sobre el suelo.

Mientras tanto, el otro acusado, José Carlos, se quedó mirando al lesionado, "sin que en ningún momento decidiera intervenir para evitar el fatal desenlace o socorrer" al herido. Los dos decidieron después montarse en su vehículo para huir del lugar, aunque fueron interceptados minutos después por agentes de la Policía Nacional, que encontraron el arma supuestamente homicida.

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