El Juzgado de lo Penal número 2 de Gijón ha absuelto al gijonés acusado de intentar forzar a una prostituta y sustraerle el móvil y 1.800 euros, por lo que le declara inocente de los delitos de hurto y agresión sexual, según la sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press.

En el fallo judicial se recalcan los hechos de que el amigo de la víctima, a la que ella pidió ayuda al picarle al timbre del portal, era policía de aduanas y, pese a ello, dijo no haberse fijado en las lesiones de la mujer y además le dijo que se duchase antes de ir al reconocimiento médico, lo que podría destruir pruebas.

También se pone en duda que tuviera el dinero encima de la mesa, ya que en su domicilio recibe a clientes. También se extraña de que la víctima supiera que iba a venir su amigo —que residía por temporadas en la casa de ella— y pese a ello concertara una cita con un cliente a la misma hora. Además, cree poco probable que el supuesto ataque se produzca cuando alguien llama al timbre, sabiendo el agresor que es que venía alguien a la casa.

La Fiscalía pedía para el imputado, P.G.A., de 31 años, una pena de 18 meses de prisión. El Ministerio Público solicitaba también el pago de una multa de 1.080 euros y la prohibición de acercarse a un mínimo de 500 metros o de comunicarse con la víctima por un periodo de dos años, además de devolverle el dinero sustraído y el del valor del teléfono y abonar una indemnización de 150 euros.

Según el informe fiscal recogido por Europa Press, los hechos tuvieron lugar el 6 de julio de 2008, cuando el imputado concertó una cita telefónicamente con la víctima, que ejercía la prostitución en su domicilio, sito en Gijón.

La Fiscalía sostenía que cuando el procesado llegó a la vivienda, sobre las 17.30 horas de ese mismo día, la mujer le pidió al poco que se fuera, al sospechar de su actitud, pero el hombre la agarró por los brazos y la llevó hacia la cocina, donde intentó abusar de ella.

En un momento dado, la mujer intentó pedir auxilio por la ventana cuando un amigo llamó al timbre, pero el acusado se lo impidió al tiempo que la golpeaba. Acto seguido, el mismo amigo, al no abrirle la puerta, llamó al móvil de la víctima, lo que distrajo al agresor y posibilitó que la mujer pidiera ayuda por el telefonillo del portal.

El imputado huyó pero se llevó con él el teléfono móvil -valorado en 95 euros— y 1.800 euros que había al lado. Como consecuencia de la agresión, la mujer sufrió diversas heridas en la cara. No obstante, la sentencia absuelve al imputado de estos hechos.