La localidad cántabra de Silió celebra este domingo el primer carnaval del año, La Vijanera, Fiesta de Interés Nacional

Cantabria celebra este domingo, 2 de enero, el primer carnaval del año, La Vijanera, Fiesta de Interés Turístico Nacional, que se desarrolla en la localidad de Silió.
Cartel Vijanera
Cartel Vijanera
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Cartel Vijanera

Este primer carnaval del año en Europa consiste en un mascarada colorista en la que participan numerosos personajes, tales como la madama, la Pepa, la Gorilona, los trapajones, el oso y su amo, la preñá, el zorrocloco, los viejos o los danzarines, todos ellos vestidos de manera vistosa y con una función y un simbolismo propios.

Sin embargo los verdaderos protagonistas de la fiesta son los zarramacos debido a la importancia de su papel. Estos últimos son personas ataviadas con pieles de carnero y sombreros picudos que llevan la cara pintada de negro y que van ahuyentando los malos espíritus del año que comienza haciendo sonar los campanos que llevan atados al cuerpo.

Atendiendo a la edad y envergadura del zarramaco, éste porta cuatro campanos por delante y cuatro por detrás. Normalmente los superiores son los más grandes y de mayor peso. Éste oscila en torno a los 40 kilos, si bien existen referencias de un zarramaco en Silió que un año llevo 12 campanos (unos 50 kilos), según la información consultada por Europa Press.

Otro personaje que tiene un papel preponderante es el oso. Se trata de un muchacho disfrazado con pieles de oveja, muy incómodo de soportar dado el calor que produce. El traje se confecciona de la siguiente manera: la cabeza se redondea normalmente con un casco en su interior, o el zorrocloco, un personaje cubierto con pieles de zorro y vestido como un humano. Porta cabeza de zorro en el sombrero, se tapa los ojos con un antifaz mientras que el resto de la cara está pintada de negro.

Recorrido y desarrollo

Este año la comitiva recorrerá prácticamente los mismos lugares que el año pasado. Los Vijaneros saldrán de las antiguas escuelas del pueblo sobre las 11,30 horas, para posteriormente capturar al Oso en las inmediaciones de la Iglesia.

Para facilitar el aparcamiento se habilitarán una serie de zonas especiales. Siguiendo las recomendaciones de ediciones pasadas es preferible llegar al pueblo antes de las 11 de la mañana.

No obstante, horas antes, los campanos recorren, desde las 6,30 a 7 de la mañana, las calles de todo el pueblo, aún en total oscuridad. Los más jóvenes vijaneros portan uno o dos campanos cada uno. Se encargan así de despertar al pueblo y prepararlo para lo que será el sonido ambiente durante toda la jornada.

Dado que las temperaturas suelen ser muy bajas en esta zona, siendo las heladas frecuentes en esta época, para protegerse las manos se suelen atar unos trapos con la finalidad de que el peso y el filo del metal no produzcan cortes.

Es a partir de las 7,30 horas, aproximadamente, cuando el resto de la gente llega y comienza a organizarse. Son los Zarramacos los primeros en prepararse siendo muchos los que dejan el día anterior los correajes ya preparados. Fuera otros acuden a por los animales, burros generalmente cedidos por los vecinos del pueblo para hacer durante este día la fiesta. Mientras, se lanzan dianas y cohetes, despertando a aquellos pocos que por una u otra razón no lo habían hecho ya.

Habitualmente la lectura de las coplas es uno de los momentos más esperados por los asistentes. En ellas se resumen los acontecimientos más relevantes acontecidos en el año. Normalmente se suelen estructurar por bloques, es decir en primer lugar se da la bienvenida a los asistentes.

A continuación se comentan hechos acontecidos en niveles internacionales, nacionales y regionales. Posteriormente se cantan andanzas locales, sobre todo del pueblo siendo estas las más comentadas dado que amenudo surgen piques entre los vecinos

Muerte del oso

La muerte del oso, a las dos de la tarde, en la plaza de la Reguera, junto a la iglesia, pone fin a los actos principales. El animal dominado por el Húngaro o escoltado por los zarramacos y demás personajes llega a la plaza de la Iglesia. Allí todos comienzan a danzar en círculo, asediando al animal.

Tras unos cuantos palos la fiera cae al suelo, entonces los zarramacos ponen sus porros sobre el, simbolizando así la victoria sobre el mal. Mediante este rito no solo se protegía a los ganados, además se aseguraba la supervivencia del grupo, alejándose los malos espíritus y liberando las almas de los muertos.

Pero la fiesta no concluye aquí, ya que a partir de ese momento los Vijaneros se relacionan con los asistentes, dispersándose por el pueblo y sus tabernas. Algunos acuden a casa donde ese día les esperan invitados y familiares para comer, otros continúan hasta entrada la noche, perpetuando el sonido y ambiente que hasta el año siguiente no volverá a impregnar Silió.

Este pueblo está situado a una distancia de 2,5 kilómetros de Molledo y tiene una altitud de 265 metros; su población es de 655 habitantes, de ahí que pese a estar apartado de las carreteras principales, sea el más poblado del valle.

Destaca de su arquitectura la iglesia románica de San Facundo y San Primitivo, declarada Monumento de Interés Histórico Artístico el 23 de abril de 1970. Su arquitectura civil también reviste interés, entre ellas se cuentan la casa de Tagle, del siglo XVII, y la casa y torre de Obregón, del siglo XVIII.

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