Fito y Fitipaldis ponen en Madrid el broche de oro a su gira

  • Pusieron el colofón a Antes de que cuente diez en el Palacio de los Deportes.
  • "Nos vamos, pero juro que pronto volveremos", aseguró Fito.
  • A la cita no faltó La Cabra Mecánica, que decían adiós a los escenarios.
Fito y los Fitipaldis en el concierto que cerraba su gira en el Palacio de los Deportes de Madrid.
Fito y los Fitipaldis en el concierto que cerraba su gira en el Palacio de los Deportes de Madrid.
EFE
Fito y los Fitipaldis en el concierto que cerraba su gira en el Palacio de los Deportes de Madrid.

Fito y Fipaldis pusieron un hermoso colofón a su gira Antes de que cuente diez, que este jueves congregó a más de 15.000 personas en el Palacio de los Deportes de Madrid.

El grupo liderado por Adolfo Cabrales derrochó entusiasmo y buen hacer en un concierto singular. Tras un año largo recorriendo España de punta a punta, los Fitipaldis llegaron a la capital para dar carpetazo a un tour memorable.

Decenas de ciudades y más de 500.000 espectadores han dado legitimidad a la propuesta de Fito, cuya mayor victoria no es otra que parir canciones de consumo fácil, aptas para toda clase públicos y edades.

No había más que echar un rápido vistazo al aspecto del recinto deportivo para llegar a la misma conclusión: los pijos más recalcitrantes bailaban junto a las chonis de extrarradio, y entre ambos dejaban hueco para hippies, rockeros, modernetes o cualquier grupo social que uno pueda imaginarse.

La cita no carecía de menor relevancia para La Cabra Mecánica, ya que el proyecto personal de Miguel Ángel Hernando, alias Lichis, también decía adiós a los escenarios. La suya no será una despedida circunstancial, sino que ha llegado el momento de cargarse al metálico animal y emprender otros derroteros profesionales.

En fecha tan señalada, los cabritos decidieron que no les bastaba con sus cincuenta minutos de rigor. Una vez abandonado el escenario, enfilaron rumbo a las gradas del pabellón, donde siguieron tocando hasta que los Fitipaldis hicieron su entrada en escena.

La primera canción devino en catarsis colectiva. Se desconoce qué tripa remueve Antes de que cuente diez, pero fue sonar sus primeros acordes y contemplar una escena de alegría desbordada, con abrazos por doquier y besos para los más afortunados.

"Hoy va a ser un buen concierto, ¡estoy seguro!", exclamó Fito antes colocar el primer pitillo de la noche en el mástil de su guitarra. Con el amuleto en su sitio, el cantante llevó a cabo una estupenda interpretación de Por la boca vive el pez, seguida de Me equivocaría otra vez y Viene y va.

El cantante bilbaíno reclamó la presencia de Lichis en Siempre estoy soñando, se dio a la ingesta de alcohol a bajo precio con Whisky barato y homenajeó a Roberto Iniesta con su particular versión de Deltoya.

"Nos vamos, pero juro que pronto volveremos", aseguró Fito a todos los presentes, que disfrutaron con las notas del Qué te voy a decir elegido para clausurar la velada.

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