Los madrileños son cada vez más longevos. Así lo revela el último estudio del Instituto de Estadística de la Comunidad, que establece una esperanza de vida para los nacidos en 2004 de 85 años (mujeres) y 78,3 (hombres), más que nunca.

Una de las claves de este fenómeno es la drástica disminución de la mortalidad infantil, que se ha reducido a la mitad en 18 años. En 1986, de cada mil niños nacidos en la comunidad, 7,85 morían antes de cumplir el año. En 2004, esta cifra se redujo a cuatro de cada mil nacidos.

Embarazos bajo control

La mejor calidad de vida, las campañas de prevención y los exhaustivos controles que se realizan hoy a las mujeres embarazadas están detrás de esta mejora, a juicio del doctor Jesús García Pérez, jefe de la unidad de pediatría social del Hospital Niño Jesús.

«Los niños tienen más vacunas, las madres llegan al embarazo inmunizadas contra más enfermedades y durante la gestación se suministran vitaminas, como el ácido fólico, que previenen enfermedades del sistema nervioso», manifestó García Pérez. «Además, hoy es posible detectar a través del estudio del líquido amniónico patologías que hace 20 años eran indetectables».

En 2004, la edad media de defunción de los madrileños fue de 80,20 años las mujeres y 71,94 los hombres. En 1986, ellas morían de media a los 74,8 años y ellos a los 66,23.

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