Alegría cosiendo zapatos

  • Planes de futuro para una inmigrante y una empleada de banca alicantinas.
  • Las hijas premiadas de un marqués "donarán" el premio.
Una joven ecuatoriana agraciada con el Gordo.
Una joven ecuatoriana agraciada con el Gordo.
MORELL / EFE
Una joven ecuatoriana agraciada con el Gordo.

"No sé qué haré con tantos euros, es mucho dinero...", comentaba este miércoles una joven ecuatoriana de 17 años que lleva nueve en España y vive en Pinoso (Alicante), sorprendida por su suerte ayer al acudir a El Corte Inglés para comprobar que el décimo que compró allí, en la administración de Lotería n.º 36 de Alicante, era del premio Gordo.

"Vivo aquí con mis papás y mi novio y el dinero nos viene muy bien". Rosa es aparadora –cose el guarnecido de los zapatos–, un trabajo tradicional en esta zona, no muy bien pagado y generalmente hecho a domicilio. Esos 300.000 euros han sido una alegría, sin duda, como para Eva, una empleada de Caja Mediterráneo nacida en otra población alicantina, Muro d'Alcoi, y que trabaja en Ibi, en la misma provincia.

Adquirió por casualidad su boleto en la capital y este miércoles ya tenía algún plan de futuro en mente: "Creo que nos compraremos un piso". Con 26 años, está soltera y tiene novio. El miércoles siguió al pie del cañón con una cola de clientes en su sucursal bancaria para empresas.

Hijas del marqués

Otros alicantinos tocados por la suerte eludieron la luz de los focos, como Marián Baeza y su hermana, unas jóvenes que aseguraban tener "un número entero", no un décimo, sin aclarar si se referían a una serie completa (tres millones de euros). "No queremos salir, es que somos hijas de una persona pública, de un marqués", repetía, cuando 20 minutos intentó entrevistarla. "Lo vamos a donar todo", aseguró, tras explicar que fueron al puesto de venta de la lotería "sólo para ver un poco la emoción de la gente".

A un hombre de mediana edad le confirmaron por teléfono que tenía cuatro décimos premiados y se esfumó.

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