Contrastes urbanos (4) Calle Troya, 12

Los vecinos del número 12 de la calle Troya deben sentirse en un estado permanente de claustrofobia.
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Este edificio de tres plantas del barrio de la Roqueta está como encajonado entre las fincas contiguas, que le ssuperan con creces en altura y anchura. Véase la antena de televisión que han tenido que instalarse para evitar el efecto pantalla.

Como un David frente a dos Goliats, esta finca ha resistido al paso de los años (podría tener más de un siglo de vida) y se ha convertido en un exquisito bocado para las promotoras, pues casi hace chaflán con la Gran Vía Ramón y Cajal. Incluso, comenta uno de sus inquilinos, «ha habido gente interesada en comprar toda la finca». De momento, ahí sigue y, con su apariencia de casita de muñecas, aporta un toque de color y humanidad a la calle.

La diferencia de estilos arquitectónicos crea un gran contraste en dicha calle, que parece estar hecha a trozos. Los números 14 y 16 destacan por su elevada altura y formas cuadradas. Sin embargo, nuestra finca protagonista tiene toques clásicos con balcones de hierro forjado, como si de una casa de pueblo se tratara, pero en medio de la ciudad.

Próxima entrega...

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