Éstos serán los efectos colaterales de la desaparición del polígono de Finca Jarana, en Boadilla del Monte, a menos que el Ayuntamiento (gobernado por el PP) les ofrezca un lugar alternativo donde continuar desarrollando su actividad.
Una ubicación alternativa
Para el PSOE, sin embargo, esta repentina decisión de legalizar la situación de Villa Jarana obedece únicamente a la construcción de chalés de lujo prevista en esa parcela. «Es cierto que no tienen licencia, pero llevan 20 años funcionando y deberían ofrecerles una ubicación alternativa para que puedan seguir», dijo Enrique Hernández, portavoz del PSOE.
Los empresarios, además, aseguran que llevan años intentando legalizarse, pero que el Ayuntamiento nunca les ha querido dar una licencia.
Los afectados:
Rubén (DJ, 25 años). Ensaya en Finca Jarana desde hace cinco: «Los músicos lo tenemos muy crudo. Por esta zona hay lista de espera para acceder a los locales de ensayo y piden precios desorbitados».
Leticia Chuliá. Su empresa de cerrajería, pese a no tener licencia, lleva siete años en Finca Jarana pagando el alquiler y ha superado hasta inspecciones de Trabajo. «Irnos al polígono industrial es inviable, demasiado caro», explica.
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