El rector de la Universidad de Valladolid (UVA), Marcos Sacristán, ha insistido este jueves en que la Policía acudirá a la 'Champanada' prevista para el próximo día 22 en el recinto de la facultad de Telecomunicaciones para evitar el acceso a las instalaciones mientras que los estudiantes han decidido mantener la defensa de su convocatoria.

El rector, quien acompañado por la vicerrectora de Estudiantes, Rocío Anguita, se entrevistó hoy con representantes de los alumnos, reiteró su propuesta de celebrar este curso, de manera pionera, fiestas de naturaleza "lúdico-cultural", calificó de "antieducativo" el botellón y recordó que la presencia policial requerida buscará evitar la entrada en el recinto.

Tras aseverar que el objetivo de esta decisión busca también reducir el "efecto llamada" —a la convocatoria asisten también estudiantes de Secundaria—, Sacristán detalló que la autorización concedida a la Policía, que operará en las entradas del recinto, comprende la toma de "medidas necesarias" aunque, repitió, el fin es que no accedan al recinto.

La UVA, recordó el rector, tiene firmados convenios que prohíben el consumo de estas sustancias por lo que abogó por "mentalizar" a los estudiantes de la necesidad de erradicarlo, lo que se hará de manera "dialogada" —"no dejaré las negociaciones nunca"— y con la puesta en marcha este curso de la mencionada iniciativa "piloto".

Los estudiantes, por otro lado, criticaron la premura en el deseo de diálogo del rector, que se produce tan sólo días antes de la convocatoria de la 'champanada', y mantuvieron su defensa de la celebración del próximo día 22.

En este sentido Andrés Bayón, de Alternativa Universitaria, aceptó la necesidad de iniciar un debate sobre las fiestas e incluso apoyó la presencia policial en los accesos pero, matizó, sólo por si su presencia fuera necesaria en caso de incidentes, mientras que Eduardo Carazo, de ADDE, reclamó "diálogo" y reconoció que se trata de un problema "a solucionar".

Javier Sánchez, de MAS Valladolid, resaltó el acuerdo "unánime" sobre la necesidad de mantener las fiestas, que deben de ser "por y para" los estudiantes, apoyó el control de la entrada de menores al recinto y abogó por mantener su sede en recintos universitarios así como el cumplimiento de una condiciones "mínimas" de seguridad e higiene.

En último término Pablo Paredes, de AJIO, trasladó su disposición a encontrar soluciones a este asunto y con el fin de "conseguir fiestas dignas para todo el mundo" y apostó por mantener las fiestas pero también por evitar la entrada de menores en Telecomunicaciones. "La universidad no puede ser la cuna del botellón, de fomento del alcoholismo", consideró.