Fiscalía pide 34 años de cárcel para un hombre acusado de apuñalar a otro que evitó que hiriera a su pareja

La Fiscalía de Valencia pide una pena de 34 años y nueve meses de prisión para un hombre acusado de apuñalar a otro que se interpuso para evitar la agresión a la pareja de éste, con quien se encontraba en trámites de separación. El incidente tuvo lugar en febrero de 2010 en un bar del barrio valenciano de Beniferri, según consta en la calificación fiscal a la que ha tenido acceso Europa Press.

La Fiscalía de Valencia pide una pena de 34 años y nueve meses de prisión para un hombre acusado de apuñalar a otro que se interpuso para evitar la agresión a la pareja de éste, con quien se encontraba en trámites de separación. El incidente tuvo lugar en febrero de 2010 en un bar del barrio valenciano de Beniferri, según consta en la calificación fiscal a la que ha tenido acceso Europa Press.

Además, el fiscal reclama para este hombre, de 31 años y nacionalidad china, que se le prohíba acercarse a las víctimas por un periodo de tiempo de 35 años a ella —la pareja— y de 15 a él, y que indemnice al hombre agredido con 30.200 euros por las lesiones y secuelas padecidas.

El procesado, al que se le acusa de dos delitos de lesiones, uno de amenazas continuadas, otro de quebrantamiento de medida cautelar continuado, uno más de maltrato habitual y dos de asesinato en grado de tentativa, se encontraba en el momento de los hechos en trámites de separación de su mujer, con la que cesó la convivencia en julio de 2009.

El cese se produjo después de varias discusiones y agresiones. La primera tuvo lugar el 23 de julio, cuando en un domicilio en el que tenían alquilada una habitación mantuvieron una pelea motivada por los celos de él, que finalizó con una agresión, ya que él le cogió del cuello, le golpeó y le mordió en el pecho.

Tras este incidente, la mujer prefirió no denunciar a su esposo por temor a las represalias, por lo que la causa se sobreseyó. Así, mantuvieron la convivencia hasta finales de ese mes, cuando tuvieron una nueva discusión por celos y la mujer se marchó a vivir con un matrimonio de amigos que regentaba el bar en el que ella trabajaba.

Hasta ese momento, la vida en común había resultado insoportable para la mujer, puesto que el acusado le hizo un férreo control quitándole el dinero que ganaba trabajando como camarera, controlándole sus entradas y salidas obsesionado con que le engañaba con otros hombres, revisándole su teléfono móvil y, en ocasiones, le cogía del cuello pidiéndole explicaciones sobre con quién había hablado o de quién era el teléfono con el que había contactado otras veces. También le amenazaba con suicidarse tomándose pastillas, que ella cogía y tiraba para que no se las ingiriera.

El 12 de agosto del mismo año, el hombre se personó en el nuevo domicilio de la mujer, mantuvo una discusión con ella, le bloqueó el móvil, intentó romperle la tarjeta de residencia y con ánimo de atemorizarla le dijo que la mataría si lo volvía a denunciar. Llegados a este punto, la mujer pidió la separación de su esposo, a lo que éste respondió que "no lo iba a consentir, que antes la mataría". A partir de ese día, él continuó acechándola por teléfono, por lo que el 19 de agosto solicitó una orden de protección y denunció todos estos hechos.

No aceptó la separación

El juzgado abrió diligencias y dictó un auto por el que se prohibía al hombre aproximarse a su mujer y comunicarse con ella por cualquier medio. Pese a ello, al no aceptar la petición de separación matrimonial, se presentó en el bar en el que trabajaba su mujer, ubicado en el barrio de Beniferri, sobre las 21.30 horas del 2 de febrero de 2010, con un cuchillo que tenía una hoja de 18,5 centímetros escondido en su chaqueta.

Nada más entrar, la mujer, que se encontraba detrás de la barra reponiendo bebidas, al ver la cara de su pareja supo que iba a ir a por ella, por lo que salió corriendo del local por una puerta que estaba al final de la barra con acceso a la calle y se refugió en un casal fallero contiguo.

No obstante, el hombre se introdujo en la barra para seguirla y, en ese momento, intentó frenarle el dueño del establecimiento, al que le comenzó a apuñalar en la zona abdominal, torácica, brazo, costado y estómago, hasta que éste quedó tendido en el suelo.

Seguidamente, y con el fin de acabar con la vida de su esposa, salió del bar con el cuchillo en la mano y se dirigió al casal. No obstante, no pudo entrar porque los falleros cerraron la puerta a empujones. El procesado se dio a la fuga y fue detenido posteriormente por los agentes, que le incautaron el cuchillo que había utilizado.

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