No podía faltar. La Navidad está a la vuelta de la esquina y el regalo a los madrileños del alcalde Gallardón, la obra más ambiciosa de su actual mandato, a la que incluso ha dedicado el christmas de este año, debía llegar a tiempo, aunque estuviera sin terminar. Los aparcamientos de la calle Serrano, abiertos al público desde el sábado 4 de diciembre son un presente de lujo: última tecnología, amplios, cómodos..., pero con un envoltorio calamitoso y un precio de escándalo: 110 millones de euros (pagados por la concesionaria que los explotará, y no por el Ayuntamiento).

El pasado viernes, el aspecto que presentaban estaba en las antípodas del glamour del barrio de Salamanca. En superficie, los obreros se afanaban en terminar la rampa que dará acceso a la zona para residentes, que aún está sin habilitar. "La gente ni pasa. Ve las vallas y se cree que aún no está listo", cuenta uno de los trabajadores a 20 minutos.

Otro de los técnicos es aún más explícito: "A la obra le faltan 15 días o un mes. Tendríais que haber estado aquí el pasado día 4. Había tantas humedades que esto parecía una piscina municipal".

Ya en el interior, los dos estacionamientos dan una imagen muy deficiente: muchas máquinas expendedoras están fuera de servicio, obligando a los usuarios a pagar en taquilla, los ascensores no funcionan, falta luz, las señales están tiradas en el suelo, hay zonas cerradas por obras y polvo por todas partes. Unas señoras que pasan detrás del periodista andan un poco perdidas. "Deberían haber esperado un poco más para abrirlo", exclaman.

Las prisas, sin embargo, son entendibles. El Ayuntamiento necesitaba dar una alegría a los vecinos y comerciantes de la calle, los cuales habían sufrido horrores con las obras de remodelación, que tenían levantada la avenida desde noviembre de 2008. El hecho de abrir los aparcamientos en pleno periodo de compras navideñas resultaba una buena forma de solventar todas las molestias pasadas: "Era muy necesario. Yo vengo mucho y hacían falta aparcamientos", comenta Rosa Gil, de 48 años, una usuaria del aparcamiento. Otra clienta, María del Carmen Ramírez, de 70 años, se muestra todavía más entusiasta: "Está fenomenal. El resto de parkings que hay en la zona son estrechos y éste es muy amplio. Aparcas sin problema".

Cuando funcionen a pleno rendimiento, las 457 plazas que se han habilitado en estos dos estacionamientos (165 correspondientes al número 1, entre Hermanos Bécquer y Marqués de Villamejor, y el resto, 292, en el número 2, entre Ortega y Gasset y Hermosilla) presentarán un aspecto envidiable, con luces que señalizarán las plazas libres y unas plantas longitudinales y sin columnas para evitar maniobras. También contarán con un sistema de lectura de matrículas y 165 puntos de recarga para coches eléctricos.

El próximo mes de marzo abrirá el tercer aparcamiento. Entonces habrá 3.297 plazas bajo la calzada. Cuatro veces más de las que había en superficie antes de la reforma. De ellas, 2.162 serán para vecinos, 947 para rotación y 188 para comerciantes..., y a un precio de ganga: 30.000 euros, un 25% menos que en venta libre.

Entre las novedades que incluyen estos aparcamientos se encuentra la instalación de aparatos de Vía T. Así, los usuarios que cuenten con tarjeta de pago automático de peajes podrán utilizarla también al estacionar en esta zona: un lector tomará nota de la hora de entrada y de salida, y luego cargará el precio en la cuenta corriente asociada al vehículo. Este mecanismo ya es utilizado para las autopistas de peaje, y el Gobierno local quiere extenderlo al resto de estacionamientos de la ciudad.