Mauricio Wiesenthal "vive" el centenario de la muerte de Tolstoi, "el último maestro de la autoridad moral"

Recomienda la lectura de Tolstoi "a la gente de buen corazón, nunca a cerebros retorcidos, políticos o a quien tenga la verdad"
El escritor Mauricio Wiesenthal
El escritor Mauricio Wiesenthal
EDHASA
El escritor Mauricio Wiesenthal

El escritor, fotógrafo, enólogo y viajero "empedernido" Mauricio Wiesenthal presenta 'El viejo León. Tolstoi, un retrato literario' (Edhasa), para "vivir" de manera clara la celebración del centenario de la muerte de la figura de unos de los maestros de la cultura europea, "el último maestro de la autoridad moral".

En una entrevista concedida a Europa Press, el autor de 'Luz de vísperas' ha indicado que es "el último maestro de la autoridad moral, si bien muchos se revisten y van disfrazados, de gran militar o de gran preste". Este libro, que se presenta este sábado en Sevilla en una acto organizado por el Centro Andaluz de las Letras y el programa de Canal Sur 'El público lee' para celebrar el Día de la Lectura en Andalucía, es más que una obra de homenaje intenta "despertar el interés y la actualidad del autor, donde con la crisis actual podría decirnos algo", ha apuntado.

"Es una reivindicación clara de un maestro, de los que no hay tanto", ha expresado. En este sentido, ha indicado que Tolstoi tiene una dimensión importante en esta época, sobre todo, existir ahora un "un vacío y descuido de un elemento primordial como es la tradición de la cultura europea, causada por las dos guerras mundiales destructivas, que destruyeron buena parte de ésta y propiciaron la colonización de la norteamericana", ha indicado, añadiendo que "hoy día tenemos que replantearnos las raíces, el sentido moral y filosófico de nuestra cultura y para ello hay que contar con el escritor ruso".

"No creo en un libro si no lleva dentro buena parte del corazón de su autor" es la frase que abre la web del escritor nacido en Barcelona. Al respecto afirma que en este nuevo trabajo "hay buena parte de su corazón y del de autor de 'Anna Karenina'". En este punto, ha definido su relación con éste como "temperamental y real, pues no te deja indiferente ni frío y como maestro exige respuestas".

Aunque reconoce que es difícil trasplantar con el contenido moral a la época de hoy a Tolstoi, ha asegurado que éste se sentiría "ajeno" a este mundo, sintiéndose "un profeta que adivinó lo que ocurriría, un mundo basado sobre ideas materiales, volcado sobre un concepto de las cosas que solo tiene existencia de lo práctico y material, es decir, un mundo inmoral".

Tolstoi y la revolución

"Tolstoi buscaba sentido, trascendencia, inteligencia, esto es, lo contrario de lo que hay hoy", ha afirmado. Wiesenthal ha confesado que se siente "huérfano del escritor ruso y de muchos más, pues los grandes maestros dejan un vacío tremendo y, sobre todo, una responsabilidad ante el papel en blanco al día siguiente". En este sentido, ha añadido que "ellos hicieron algo noble y digno, hoy se rellena mucho papel y se malgasta, es papel de usar y tirar", precisando que mientras Tolstoi refleja "el cuidado de su estilo, de su obra y la higiene del pensador, esta sociedad busca un libro cada dos minutos", ha lamentado.

Con respecto a la imagen del escritor de 'Guerra y paz', Wiesenthal ha señalado que "siempre ha pesado sobre él el hecho de que fuera un noble y terrateniente quien planteara una revolución". No obstante, ha aclarado que la revolución que luego se llevó a cabo en Rusia "traicionó al pueblo y a los campesinos", base de la que idea defendida.

"Los inicios de la Revolución Francesa asumieron los ideales de libertad, fraternidad e igualdad", ha señalado, añadiendo que luego "los burgueses asumieron su papel, convirtiendo ésta en materialista, apoderándose de lo que era del clero y la nobleza y naciendo los nuevos ricos". Tolstoi creía, según el autor de 'Libro de Réquiems', que la revolución tenía que "partir de la autoridad moral, de dentro". En este sentido, ha resaltado que "Gandhi fue su discípulo, pues planteó la revolución desde dentro, con telares y artesanos".

Por otro lado y continuando con la idea tolstoiana de revolución, subrayando que en ésta "siempre" hay un apunte utópico que es "respetable" si se contempla desde la razón y no desde el fanatismo. "Tolstoi no era un fanático, no consideraba que tenia la verdad, solo quería vivir de forma coherente con sus ideas", ha afirmado, asegurando que "no podemos juzgar a un ser humano por haber querido ser un ser humano", como así se mostró el escritor ruso.

'El viejo León. Tolstoi, un retrato literario' se divide en dos partes, según ha explicado. Presentando "un retrato literario emotivo de su maestro" y una parte "objetiva, directa y demostrativa documentalmente de que lo dicho en la primera es cierto", comenta.

"fe para dar sentido a la vida"

Wiesenthal ha asegurado, por otra parte, que la fe fue un elemento importante en Tolstoi, "una fe que busca dar sentido a la vida". Así, ha manifestado que éste "no es capaz de entender la vida sin sentido, no comprende la vida hedonista o como pasatiempo". Él pensaba que "lo importante no es creer en el más allá sino darle a nuestra vida un sentido tal que la muerte no nos lo pueda arrebatar", ha afirmado.

En este sentido, ha destacado que "este mundo carece de esa fe, siendo este el punto más grave, pues vivimos en un mundo materialista, que se avergüenza de la ignorancia y no lo queremos asumir". En este punto, recuperó el sentido de la poesía, "no lo tengo claro, pero tengo fe que sea así". Asimismo, ha señalado que la formación del escritor ruso fue "religiosa, si bien entró en conflicto con la Iglesia oficial por poner en duda los dogmas de ésta". Excomulgado, Tolstoi sufrió por esta razón, pues "no quería presentarse como un líder antirreligioso".

Frente a la filosofía sabia que proponía "el viejo León", hoy se da una "filosofía reductora y de destrucción", como refleja que actualmente "llenamos el mundo de basura y producimos más desperdicio que creación", ha lamentado. El escritor barcelonés ha confesado que le recomendaría la lectura de Tolstoi "a la gente de buen corazón, nunca a cerebros retorcidos, políticos y a nadie que tenga la verdad". Principalmente, según cree, "a los jóvenes que se siente huérfanos de sentido en la vida".

"un tango antes que una lectura"

En referencia a su labor literaria, Wiesenthal ha asegurado que "un hombre que fue torpe hasta el final de su vida, tiene la grandeza de levantar un mundo en cada novela" y afirma que "hoy cuando ve experimentos lingüísticos e historietas, se aburre, prefiriendo ir a bailar tangos que leer entretenimientos".

Asimismo, ha resaltado su capacidad para trabajar con el detalle, propio de la cultura europea. Además, aborda la novela desde el realismo, considerando que trasladar la fantasía a ésta era "una aberración". Partidario de la novela larga, Wiesenthal cree que son necesarias para "poder levantar todo un mundo" como en 'Anna Karenina' o 'Guerra y Paz'. "Un señor encerrado en una habitación para conquistar el mundo o regalar un viaje es una estupidez y hay que tener cuidado pues nos puede llevar a ser tontos", ha afirmado en referencia a las novelas actuales.

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