El candidato a la Alcaldía de Valencia por Compromís, Joan Ribó, ha asegurado este miércoles que no es "creíble" que ni los responsables políticos de la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (Emshi) ni el Ayuntamiento "no estuvieran al corriente de lo que pasaba en Emarsa y la depuradora de Pinedo", en relación a los gastos "exorbitantes e injusticables en regalos, viajes (hasta 140.000 euros el año pasado), artículos de promoción, papelería (10.000 euros en bolígrafos) y un largo etcétera".

Según ha afirmado en un comunicado, hay "dos opciones y ninguna de ellas habla bien del presidente de Emshi y alcalde de Manises, Enrique Crespo, ni de los concejales del Ayuntamiento de Valencia, responsables de los nombramientos del gerente de Emarsa, Esteban

Cuesta, y del director financiero, Enrique Arnal: o bien no existía ningún tipo de control sobre cómo y en qué se gastaba el dinero esta entidad pública, hasta llegar al agujero existente, o se sabía, porque el tren de vida y los regalos no podían pasar fácilmente desapercibidos y se miró hacia otra parte esperando que finalmente el tema no trascendiera".

Para Ribó, "en cualquiera de estos casos, alguien debe hacer frente a sus responsabilidades políticas". En su opinión, "colaborar con la justicia presentando documentación está muy bien, pero alguien debe poner su cargo a disposición por haber permitido, por acción u omisión, lo que estaba pasando en Emarsa".

Ribó ha añadido que los "árboles de algunos casos concretos de corrupción no pueden hacernos que perdamos de vista el bosque: Emarsa es uno de los símbolos de una época de dilapidación y despilfarro masivo de dinero público, la de una raza de individuos con apego a la política con el ánimo de vivir como nuevos ricos con sueldos estratosféricos, bloque de cheques en la mano e impunidad para hacer lo que les daba la gana". En este sentido se pregunta si no es posible que "solo caigan los actores directos de estas fechorías".