En el proceso, se vertían productos tóxicos en el suelo sobre el que se construirá el futuro Parque Central. Además, la compañía carece de la licencia municipal para realizar dicha actividad, aunque sí cuenta con permiso para funcionar como aparcamiento de vehículos, siempre según fuentes municipales.

El Consistorio ha abierto una investigación que podría dar lugar a sanciones contra la empresa e, incluso, al cierre del centro si continúa realizando dicha actividad clandestina.

Algo similar está ocurriendo junto al depósito de vehículos de Malilla. Según informaron ayer desde la Concejalía de Actividades, «en su día se emitió la correspondiente orden de cierre contra esta actividad por estar realizando el achatarramiento de vehículos cuando la licencia que poseen se limita al desguace».

Sin embargo, añadieron fuentes de la Concejalía, «sus responsables presentaron un escrito solicitando una moratoria de tres meses para poder llevar a cabo el traslado de la actividad, moratoria que precisamente está a punto de vencer».

El grupo socialista, por su parte, reclama al Consistorio un mayor control en las actividades de esta índole, ya que, según explicaron ayer, «este tipo de centros supone auténticos polvorines y podrían sufrir importantes incendios, igual que pasó en la base de Campos Crespo».